La aviación es uno de los medios de transporte más elegidos del mundo gracias a sus ventajas prácticas. Según el último informe de Flightradar24 (servicio de seguimiento en tiempo real sobre el tránsito aéreo), la app registró el récord de operaciones aéreas en una misma jornada: 22 000 vuelos simultáneos, en un total de 254.666 vuelos en una misma jornada.

La pandemia del COVID-19 significó, para la aviación comercial, bajas históricas; el nivel de tráfico aéreo rondaba el 30% de lo que representó en 2019. Sin embargo, en la actualidad, la actividad aerocomercial no solo ha retomado su ritmo prepandemia, sino que está en constante crecimiento. La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) espera que, para 2030, se duplique el tráfico aéreo.

La contaminación en vuelo representa el 3,5% de las acciones humanas que inciden en el cambio climático. La emisión de hidrocarburos no quemados (HC), el humo y las partículas, el dióxido de carbono (CO2), el óxido de nitrógeno (NOx) y las trazas de hielo por el vapor de agua en la estela de los aviones son los principales factores que inciden en la contaminación del aire. Según la OACI, en su informe medioambiental del 2022, durante 2019 se registró una emisión total de 915 millones de toneladas de CO2, lo que representa el 2% de la emisión global y el 12% de la emisión total de los medios de transporte. A esto se le suman otros factores tales como la afección de los paisajes para la construcción de aeropuertos, la contaminación sonora y el consumo de materias primas no renovables (como el queroseno y algunos metales escasos).

En función de los datos y las estadísticas, las compañías aéreas y organizaciones internacionales se han reorganizado y creado planes para mitigar el impacto ambiental del transporte aéreo estableciendo numerosos acuerdos, tales como el realizado entre la OACI, la ACI y líderes empresariales del sector para fijar objetivos alineados con el Acuerdo de París.

Los avances tecnológicos han favorecido notablemente las investigaciones. La emisión de HC, CO2 y el humo son producto de la combustión de los motores. En consecuencia, compañías como Rolls-Royce, han desarrollado motores eléctricos aplicables a la aviación del vuelo híbrido eléctrico en el camino hacia la emisión cero neta de carbono. La implementación de esta tecnología ayudaría a resolver la contaminación sonora. También se presenta el Proyecto X-66A de Boeing, una nueva línea de aviones menos contaminantes.

Otro de los aportes que la actividad aérea realiza para el cuidado del medioambiente es el desarrollo de aeropuertos sustentables, tal como lo aplica Aerolíneas Argentinas (AA) en la separación de los residuos que se generan en vuelo. Por otro lado, la implementación del biocombustible para la aviación es uno de los mayores avances en el camino a las cero emisiones de CO2: la Royal Air Force (RAF), la compañía Airbus, el Ministerio de defensa del Reino Unido, la sociedad de industria aérea AirTanker y la empresa Rolls-Royce han realizado el primer vuelo 100% alimentado con combustible de aviación sostenible.

Lo cierto es que combatir la contaminación generada por la actividad aérea es clave en la lucha contra el cambio climático. Toda la comunidad aeronáutica, los fabricantes, las compañías aéreas, las organizaciones y los reguladores tales como la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), la Organización Meteorológica Mundial (WMO, por sus siglas en inglés) están trabajando en forma conjunta con miras a alcanzar las cero emisiones netas de CO2 para el 2050, con una mejora del 2% anual.

Fuente:
ICAO Environmental Report 2022; IATA; web Noticias de la Ciencia y la tecnología; Comunicados de prensa Aerolíneas Argentinas
Fotografía:
pxhere.com