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63 años del histórico vuelo de Yuri Gagarin: el primer ser humano en orbitar la Tierra

El miércoles 12 de abril de 1961, el cosmonauta Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en orbitar la Tierra a bordo de la nave Vostok 1.

En plena Guerra Fría, la Unión Soviética buscaba consolidar su superioridad tecnológica y propagandística en la carrera espacial. Yuri Gagarin era el prototipo del “nuevo hombre” soviético: un piloto joven, en excelente estado físico y de no más de 1,70 m de altura, con grandes dotes para dominar las complejidades de un vuelo orbital.

Minutos antes de entrar en la nave, pronunció unas emotivas palabras: “Queridos amigos, conocidos y desconocidos, mis queridos compatriotas y a toda la gente del mundo. En los próximos minutos, una poderosa nave espacial me llevará a los distantes espacios del universo. ¿Qué puedo decirles durante estos últimos minutos antes de empezar? Toda mi vida me parece ahora un único y hermoso momento. Todo lo que he hecho y he vivido ha sido hecho y vivido para este momento”.

La nave Vostok, basada en el cohete R-7, fue adaptada meticulosamente para la exploración espacial. Durante los 108 minutos de vuelo, Gagarin se limitó a hablar por radio y a comer, para comprobar si un ser humano podía comportarse de manera “normal” en gravedad cero, mientras la nave orbitaba alrededor de la Tierra.

A pesar de enfrentarse con algunos problemas técnicos, como una órbita a una altitud superior a la prevista, el cosmonauta logró volver a la Tierra a salvo. Sin embargo, durante el regreso, los cables que conectaban la cápsula espacial con el módulo de servicio no se separaron, lo que provocó que la cápsula arrastrara un módulo adicional al aterrizar. Las temperaturas se volvieron demasiado altas, y Gagarin casi pierde el conocimiento mientras daba vueltas frenéticamente. Tras 10 minutos de tensión, los cables se quemaron y la cápsula se separó. El piloto pudo saltar antes con un paracaídas y tuvo un aterrizaje seguro cerca del río Volga.

Su descenso fuera de la cápsula violó los requisitos de la Federación Aeronáutica Internacional (FAI), que estipula que los astronautas y cosmonautas deben aterrizar en la nave espacial. A pesar de esto, sus registros de vuelos espaciales fueron certificados por la FAI, que modificó sus reglas para reconocer que los pasos importantes incluían un lanzamiento seguro, el paso por la órbita y el regreso del piloto.

La hazaña de Gagarin abrió las puertas a la exploración espacial humana y cambió nuestra comprensión del universo. Su coraje y contribución significativa al avance de la ciencia y de la exploración espacial son recordados hasta el día de hoy.

Fuente: National Geographic

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