Es un hecho comprobado que la inteligencia artificial (IA) ha llegado para quedarse. Debido a su gran capacidad para analizar enormes cantidades de datos y generar modelos matemáticos, puede solucionar problemas concretos, evitando hacer largos cálculos. Los casos más comunes del uso de esta tecnología son los chatbots, la creación y la edición de imágenes, la asistencia para la creación de código de software y la investigación científica.
Así como ocurre en diversos ámbitos, el uso de herramientas tecnológicas basadas en la IA en la industria de viajes ayuda a hacer más eficientes los procesos y a enfrentar las complicaciones propias del rubro. En el contexto de la aviación comercial, las aerolíneas experimentan una alta demanda. Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), el volumen de pasajeros para mayo de 2023 se acercaba al 90.8% de los niveles prepandemia. Según una encuesta de Accenture, el 78% de los consultados tiene planes de viajes de ocio para el próximo año, y la mitad de ellos planea realizar dos o más viajes.
A pesar de este pronóstico auspicioso, los aeropuertos y las aerolíneas tienen por delante desafíos complejos como huelgas, escasez de controladores aéreos o, sencillamente, mal tiempo. La Inteligencia Artificial Generativa (IA Gen) puede ser una gran aliada, ya que es un tipo de tecnología que crea contenido nuevo a partir de los modelos de aprendizaje profundo (deep learning).
Durante los próximos 20 años, se prevé que la IA tendrá cada vez un peso mayor en la aeronáutica como tecnología esencial para mejorar el rendimiento, la seguridad y la eficacia en las aeronaves. Se estima que el transporte aéreo cambiará notablemente y duplicará la cantidad de aviones con un 300% más de pasajeros. Por esta razón, las compañías aéreas van a necesitar aeronaves más sofisticadas y más pilotos calificados. Ante este escenario tan complejo, las cabinas tendrán que ser verdaderos centros neurálgicos de inteligencia y conectividad.
Evidentemente, la IA facilitará muchas tareas de los pilotos y disminuirá su carga de trabajo; será importante para la reducción de emisiones de CO2, gracias a su adecuación para reducir al máximo el consumo de combustible; mejorará el rendimiento de los sistemas de navegación de las aeronaves y la seguridad en los aeropuertos. Además, los algoritmos de inteligencia artificial analizan con extraordinaria precisión y rapidez datos de vuelo muy importantes como distancia de ruta, altitudes, kilometraje, eficiencia en el consumo de combustible, tipo de aeronave, condiciones atmosféricas, etcétera.
Por otra parte, los pilotos podrán disfrutar desde cabina de un mejor rango visual con realidad aumentada e interactiva, basada en la fusión de elementos virtuales y reales, en simbiosis con tecnología holográfica. La IA también determinará, en tiempo real, la ruta de vuelo óptima, recalculando constantemente la influencia en la trayectoria de las condiciones atmosféricas y el tráfico aéreo, con lo que se reducirá no solo el tiempo de vuelo, sino también la cantidad de combustible utilizada.
Otra de las grandes virtudes de la IA en el entorno de la aviación comercial es su contrastada capacidad para realizar el mantenimiento predictivo de aeronaves. Habrá también, durante los próximos cinco años, grandes avances en la integración de la IA con sistemas FMS (Flight Management Systems) de gestión de vuelo, que conseguirán una correlación instantánea de datos a bordo de la aeronave y del exterior. Por ejemplo, si la aplicación recibe información en tiempo real sobre tormentas en la zona, el sistema será capaz de recalcular la ruta de vuelo ideal, evitando las turbulencias.
Juan Pablo Chemes, director de Innovación de Accenture Argentina, lo explica de esta manera: “Creemos que una de las claves para enfrentar posibles incidentes en la industria es el uso adecuado de la tecnología y los datos. La IA Generativa, antes considerada disruptiva, ahora se ve como un elemento fundamental para construir experiencias mejoradas e innovaciones revolucionarias. Según nuestras encuestas, el 98% reconoce la importancia crítica de los retrasos y las cancelaciones, pero la mitad carece de una estrategia tecnológica específica para prevenirlos”, advierte y agrega que “al trabajar juntos, los aeropuertos, las aerolíneas y los actores de la industria en general pueden convertir un sistema fragmentado en uno unificado y coherente, ayudando al ecosistema a operar de manera más eficiente”.
En este momento crítico, la industria aeroespacial abraza la IA como una tecnología transformadora para afrontar los desafíos de la cadena de suministro. La integración de capacidades digitales y soluciones impulsadas por datos será fundamental para construir resiliencia y asegurar un crecimiento sostenible a largo plazo.
Fuentes: Accenture / Portal aviaciondigital.com