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F-104 Starfighter: a 70 años de su primer vuelo

El pasado 4 de marzo, se cumplieron siete décadas del primer vuelo de una de las aeronaves más emblemáticas: el F-104. Fue un caza-bombardero supersónico, monomotor, desarrollado por Lockheed Martin para la United States Air Force (USAF) en la década del 50. En ese entonces, la guerra entre las dos Coreas tocó profundo en los Estados Unidos; los norteamericanos entraron en guerra, y el principal “caballo de guerra” de su Fuerza Aérea era el F-86 Sabre, mientras que el de los norcoreanos, el MiG 15. La aeronave de diseño soviético causó estragos en las filas occidentales por lo que, en diciembre 1951, Clarence Johnson, ingeniero y jefe de la oficina de diseño de Lockheed, se entrevistó con los pilotos americanos para saber qué tipo de aeronave podría abatir al MiG-15.

Los pilotos americanos solicitaron un caza pequeño, supersónico y de alto rendimiento. Johnson, tras esto, partió rápidamente a Estados Unidos para comenzar a dibujar los primeros bocetos. Para marzo de 1952, Lockheed Martin ya había seleccionado un primer diseño que contaba con un fuselaje largo, de alas cortas, impulsado por un turborreactor General Electric J79 que le permitiría llegar a una velocidad máxima de 2100 km/h.

A toda prisa, Lockheed comenzó a trabajar en este diseño y, tan solo dos años más tarde, el XF-104 Starfighter voló por primera vez en la Base Aérea Edwards, California. A pesar de los rápidos éxitos, los accidentes comenzaron a aflorar. En sus primeras pruebas, esta aeronave presentó problemas con su tren de aterrizaje y estabilidad direccional, motivo por el cual una de ellas, que realizaba una práctica de tiro, terminó estrellándose. Esto motivó a la modificación de la aeronave durante su etapa de preproducción: se alargó el fuselaje hasta los 16,6 m y se ajustó el tren de aterrizaje, junto a las tomas de aire del motor.

En febrero de 1958, el F-104 se introdujo al servicio activo en la USAF, pero el interés de los norteamericanos, para ese año, había decaído con respecto al Starfighter. Solamente se habían construido 296 unidades. No obstante, países como Alemania Occidental, Canadá, Holanda, Bélgica e Italia solicitaron la cofabricación, lo que permitió alcanzar la cifra de 2282 aeronaves construidas. Su principal operador fue la Luftwaffe con un total de 916 unidades entregadas entre 1960 y 1973, en lo que fue el comienzo de su rearme tras el final de la Segunda Guerra Mundial.

Con respecto a su diseño y parte técnica, el F-104 presentaba un borde de ataque muy afilado en las alas. La cola era en forma de “T”, y el fuselaje fue construido en base al turborreactor. Por otra parte, su armamento estaba integrado por un cañón rotativo M61 Vulcan de 20 mm, lo que le otorgaba una cadencia de tiro de 6000 disparos por minuto. A su vez, podía portar misiles SideWinder al contar con siete puntos de anclaje. Algunas versiones del F-104 también permitían el anclaje de bombas, cohetes e, incluso, bombas nucleares. Como el fuselaje estaba construido alrededor del motor, el espacio en su interior no era muy amplio. Esto conllevó a que algunas versiones biplaza utilizaran el asiento de atrás para alojar tanques suplementarios de combustible. A su vez, otras variantes, utilizadas con fines de reconocimiento, fueron desprovistas de su cañón rotativo para aprovechar ese compartimiento.

Esta aeronave fue dada de baja en el año 2004, Italia fue su último operador. El Starfighter fue una pieza clave en el rearme de las fuerzas aéreas de la OTAN, como también un avión único por su diseño.

Fuente y fotos: National Museum of the U.S. Air Force

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