Por: Miguel Alejandro Sánchez Peña
ma_sanchezpena@faa.mil.ar
En el pueblo de Gardey, a 22 km de la ciudad de Tandil, se encuentra un museo cuya temática es la guerra de Malvinas. Su director, Santiago Calvo, un apasionado por su trabajo, inició la colección de objetos en su casa y fue recibiendo donaciones de particulares e instituciones. El museo está próximo a la VI Brigada Aérea de Fuerza Aérea, donde operaron los aviones Mirage, que tuvieron una activa y heroica actuación durante la guerra de Malvinas.
Próximo al 2 de abril, aeroespacio conversó con Santiago Calvo, quien comentó que “Gardey es un pueblo de campo con un desarrollo turístico muy bonito. El museo está funcionando gracias a la posibilidad que me dieron las hermanas Vulcano, quienes tienen un emprendimiento gastronómico familiar, al cederme el espacio“. Y resalta que esta iniciativa “se trata de amor a la Patria y que no es una alegoría a la guerra en sí, sino a los derechos soberanos de Argentina frente al enemigo inglés, que ocupa nuestras tierras ilegalmente”.
Calvo refiere que gran parte del material ha sido aportado por la Fuerza Aérea Argentina, a través de las autoridades de la VI Brigada Aérea, emplazada en Tandil, a la vez que vez han recibido donaciones del Batallón de Infantería Nº 1 de la Armada Argentina y de fuerzas de seguridad.
¿Cuándo inició el museo?
El museo nació el 19 de marzo de 1982, ya tiene 41 años de existencia y es el único del mundo dedicado a las islas Malvinas que se creó antes del Conflicto del Atlántico Sur. Efectivamente, unos 14 días antes de que recuperáramos las islas, yo, que soy un seguidor de la política internacional y de nuestros derechos sobre las islas Malvinas, me preocupé mucho cuando se iniciaron las amenazas entre los dos estados y todo lo que se estaba produciendo en las islas Georgias del Sur con el empresario Constantino Davidoff, por la compra de chatarra de los buques balleneros y los infantes de marina argentinos. Ese antecedente fue lo que a mí me llevo a compilar elementos referentes al tema. Con la ayuda de la Fuerza Aérea y de las fuerzas armadas y de seguridad, hemos logrado una gran colección de la que estamos muy orgullosos. En esta tarea me acompañan un grupo de colaboradores con el corazón puesto en Malvinas, que sienten el mismo amor que yo por las islas y el mismo dolor por la usurpación.
¿Qué se puede ver en el museo?
Tengo un museo hermoso, muy completo, se van a encontrar piezas de un valor histórico incalculable: no valen absolutamente nada en dinero, pero los objetos en sí mismos tienen valor histórico y patrimonial. Por ejemplo, tenemos expuesto el casco de Julio Pérez Roca, piloto del avión Lockheed P2 Neptune, 2-PC 111, quien, luego de un gran esfuerzo y muchas horas, pudo encontrar el campo de balsas de los náufragos del ARA General Belgrano en el Atlántico Sur y pudieron ser rescatados. El casco tiene adosado un micrófono con el cual pudo dar las coordenadas. Esto tiene un valor inmenso.
Poseemos también el uniforme original de un marine británico y su gorra, utilizados en aquella foto tan icónica de los ingleses con las manos en alto, luego de efectuarse el desembarco de los buzos tácticos argentinos el 2 de abril. Además, tenemos varias piezas muy importantes donadas por la familia del capitán Giachino, como objetos personales. Si nos referimos a otras armas, tenemos el cuchillo de comando de campaña original del coronel Mohamed Ali Seneldin, donado por su hija.
El avión Mirage tiene su lugar destacado dentro del museo y es un homenaje que se les hace a los pilotos que lucharon en Malvinas. Destaco un paracaídas de frenado y sus componentes de un avión Mirage III-C, 5 Mara y 5 Dagger. Asimismo, contamos con un asiento eyectable MKJM6 y el paquete de supervivencia MJ6-40 del mismo avión, donado por la VI Brigada Aérea. Junto a estos elementos, se explica su utilidad en los casos de emergencia ante una eyección.
Poseemos también el casco del piloto, en ese tiempo el teniente Aguirre Faget, veterano de guerra de Malvinas, donado con su consentimiento a través de la unidad alojada en Tandil. En esta parte del museo, se exhibe el motor del Mirage, llamado la “planta de poder” del turbo reactor de Dagger o Mirage III o V, que está compuesto por cinco etapas: el microturbo; el motor de arranque que da la ignición, que lo envía al compresor; la cámara de combustión; la turbina y el turbo de chorro de gases de escape para la postcombustión.
Gracias a la donación de la VI Brigada Aérea, se puede observar un maniquí con la vestimenta que llevaban los pilotos durante la guerra, compuesto por campera de vuelo, buzo de vuelo, pantalón anti G (que bloquea al piloto la circulación durante el vuelo, por su seguridad), máscara de oxígeno y casco.
En la nota “La despedida del ‘Guerrero del Aire’”, por Natalia Ferreira en aeroespacio, edición Nº 617 Especial Mirage, se relata lo vivido por los pilotos ante la desprogramación de la emblemática aeronave: “el cielo celeste de Tandil no llegó a opacar la tristeza de las caras de aquellos que se hicieron presentes en la VI Brigada Aérea. De alguna manera, se negaban a aceptar lo que era una evidencia: sus máquinas emblemáticas, los Mirage, con 43 años de actividad, comenzaban a despedirse…”.
El 21 de marzo pasado, el museo recibió la visita del brigadier general (R) VGM Mario Miguel Callejo, el comodoro (R) VGM Gustavo Aguirre Faget y el brigadier (R) VGM Alberto Catalá. Callejo hizo entrega de los tres tomos del libro la Fuerza Aérea en Malvinas, en representación del grupo BANIM. Él mismo perteneció al primer escuadrón aeromóvil del sistema de armas Mirage-5 Dagger, llamado “Avutardas Salvajes”, que estuvo integrado por doce pilotos, organizados en cuatro escuadrillas y unos 90 técnicos aproximadamente.
En suma, como menciona su director, el museo muestra parte de nuestra historia con mucha pasión y compromiso de sus integrantes. El lugar, con su huella criolla, recibe una importante cantidad de visitas de colegios de diferentes partes de la provincia de Buenos Aires; visitarlo es descubrir un viaje al pasado.
Fotos: Miguel A. Sánchez Peña y Santiago Calvo