(54-11) 43176000 int. 14047/14332

Search

Jorge A. Newbery, el Señor Coraje

Por Alfredo Martínez

am.aeroespacio@gmail.com

Hace 109 años, el piloto argentino, quien fuera precursor y pionero de la aviación en nuestro país, daba su paso a la inmortalidad el 1 de marzo de 1914 a la edad de 39 años cuando planeaba cruzar la Cordillera de Los Andes en el distrito Las Heras de la provincia de Mendoza.

Jorge Alejandro Newbery había nacido en la Ciudad de Buenos Aires el 27 de mayo de 1875. Hijo del odontólogo estadounidense Ralph Newbery y de la argentina Dolores Malagarie.

Se había recibido de ingeniero electricista a los 20 años en los EE.UU, donde se cree, fue alumno de Thomas Alva Edison, inventor, entre otros, de la bombilla eléctrica.

En 1897, ingresó en la Armada Argentina, donde trabajó como ingeniero e instructor de natación.

Hacia 1900, fue nombrado director general de Instalaciones Eléctricas, Mecánicas y Alumbrado de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.

En 1904, fue profesor de Electrotécnica en la Escuela Industrial de la Nación, la hoy escuela Otto Krause.

En 1906, publicó en los Anales de la Sociedad Científica Argentina artículos sobre la incipiente industria del grafito artificial y dos años más tarde, sobre la fabricación de la lamparita eléctrica incandescente. Luego, en 1910, escribió junto al químico Justino Thierry, un libro científico-industrial titulado El Petroleo, donde los autores sostienen la necesidad de reservar para el Estado las zonas petrolíferas del país.

En 1907, junto a otro pionero de la aviación, Aarón de Anchorena, cruzó el Río de la Plata en el globo Pampero y aterrizó en Conchillas, departamento de Colonia, Uruguay.

El globo, de 1.200 metros cúbicos de capacidad, había sido traído desde Francia por Aarón Anchorena. En la foto  Jorge Newbery en compañía de Anchorena en la barquilla del globo El Pampero. Foto: Archivo General de la Nación

Fue vicepresidente segundo y luego presidente del recientemente fundado Aero Club Argentino (13 de enero de 1908), presidido por su amigo Anchorena y Alberto Mascias entre otros pioneros de la aviación.

En octubre de ese año, su hermano, Eduardo Newbery, junto al sargento primero Eduardo Romero, despegaron con el globo Pampero hacia el norte de Buenos Aires para intentar batir el récord de vuelo nocturno, pero este terminó en tragedia pues el aerostato y su piloto o acompañante nunca fueron encontrados.

En 1909, Jorge Newbery, escribe el primer artículo periodístico sobre aviación argentina, publicado en el periódico La Nación, titulado “ La Aeronáutica”.

A finales de ese año, ahora con el globo “Huracán” batió el récord sudamericano de duración y distancia al recorrer en 13 horas 550 km uniendo Argentina, Brasil y Uruguay. Tres años después, batiría otro al alcanzar los 5100 metros de altura en globo.

En 1910, obtuvo su brevet de piloto, pero fue a partir de 1912 cuando realmente se dedicó exclusivamente a la aviación.

En 1912, junto a los tenientes coroneles Enrique Mosconi y M. J. López, fueron los primeros directores de la recientemente creada Escuela Militar de Aviación, la primera fuerza aérea militar de Latinoamérica.

Despegue del Morane-Saulnier. Fotografía: Gentileza de Miguel Sánchez Peña

A finales de año, fue el primero en cruzar el Río de la Plata y volver en el mismo día a bordo de un monoplano Bleirot Gnome llamado Centenario.

Unos 20 días antes de su fallecimiento, ahora abordo de un Morane-Saulnier, en El Palomar, superó el récord mundial de altura cuando alcanzó los 6225 metros (aunque esto no fue homologado por no superar el anterior en más de 150 metros).

El Morane-Saulnier, con el que el aviador planeaba cruzar la Cordillera de Los Andes. Fotografía Archivo General de la Nación.

Jorge Newbery también se destacó en deportes como el boxeo, la natación, el automovilismo, la esgrima y el remo, entre muchos otros.

Mucho habla la cultura popular de él. Varios tangos hacen referencia a su personalidad y coraje en todo cuanto emprendía. La película “Más allá del Sol” de 1975 narra la vida del ídolo argentino.

Jorge Newbery en la carlinga. Fotografía: Gentileza de Miguel Sánchez Peña

Cientos de homenajes se realizan en el país como memoria de su indiscutida popularidad. Escuelas, clubes deportivos, calles, avenidas, barrios, plazas y hasta una estación de tren llevan su nombre, así como el aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires. El Club Atlético de fútbol Huracán lleva su nombre en honor al aerostato conducido por el piloto. También se entregan los premios Jorge Newbery a los deportistas más destacados del año. En 1980, la fundación Konex le otorgó el Premio Konex de Honor por su aporte a la historia del deporte argentino. El Instituto Nacional Newberiano dependiente de la Secretaria de Cultura de la Nación, se dedica a investigar la obra de Jorge Newbery y la historia aeronáutica y espacial.

Su funeral en el Cementerio de la Recoleta fue un acontecimiento masivo nunca antes visto para una persona no relacionada con la actividad política. En el Cementerio de la Chacarita se halla un mausoleo erigido en 1937 financiado por donaciones públicas.

Monumento en el Cementerio de la Chacarita. Foto: wikimedia.org

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio