Por Alfredo Martínez
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El 1° de marzo de 1966, la sonda rusa Venus-3 impacta en la superficie de Venus, luego de un viaje interplanetario de casi 4 meses y se convierte en la primera nave espacial en alcanzar la superficie de otro planeta.
La estación no tripulada, también llamada Venera-3, formó parte del programa de exploración espacial soviético denominado Venus o Venera (Венера en ruso) que se desarrolló entre los años 1961 y 1984. La sonda fue lanzada el 16 de noviembre de 1965 con la misión de aterrizar en Venus, el planeta más brillante que se puede ver en el firmamento desde la Tierra, y colisionó en su superficie el 1 de marzo de 1966, convirtiéndose en la primera sonda terrestre en impactar con otro planeta.
Venus-2, lanzada cuatro días antes, voló en tándem con Venus-3, con la intención de que funcionen simultáneamente. No lograron transmitir datos sobre el propio planeta, pero sí obtuvieron datos científicos sobre el universo y el espacio en el año de un Sol en calma. El gran volumen de mediciones de trayectorias fue de gran valor para el estudio de las comunicaciones de ultra largo alcance y los viajes interplanetarios. Se estudiaron los campos magnéticos, los rayos cósmicos, los flujos de partículas cargadas de baja energía, los flujos de plasma solar y sus espectros energéticos, las emisiones de radio cósmicas y los micrometeoros.
Equipamiento
El peso del vehículo era de 960 kg y fue fabricado por la empresa rusa NPO Lávochkin bajo la supervisión de la fábrica de naves espaciales RKK Energiya.
La nave estaba equipada con varias baterías; dos paneles solares; transmisores y receptores de alcance decimétrico; interruptores de telemetría; instrumentos del sistema de orientación y corrección del movimiento de la estación: micromotores de chorro de gas, sensores electroópticos de la posición de la estación en el espacio y giroscopios y un ordenador que controlaba todos los sistemas de la estación.
En cuanto al equipamiento científico, la estación contaba con un magnetómetro de tres componentes para medir los campos magnéticos interplanetarios; contadores de descarga de gas y un detector semiconductor para la investigación de los rayos cósmicos; sensores especiales (trampas) para medir flujos de partículas cargadas de baja energía y para determinar los flujos de plasma solar y sus espectros de energía; sensores piezoeléctricos para estudios de micrometeoros y un receptor de radio para medir la emisión de radio espacial en longitudes de onda de 150 y 1500 metros y 15 kilómetros.
Historia
Venus-3 fue lanzada el 16 de noviembre de 1965 a las 4.19, hora de Moscú, desde el cosmódromo de Baikonur en Kazajistán.
La estación constaba de un compartimento orbital y un módulo de aterrizaje. El vehículo de descenso era una esfera de 90 centímetros de diámetro. El módulo de descenso contenía un globo de metal de 70 milímetros de diámetro, en cuyo interior había un banderín con el emblema de la Unión Soviética. El aparato de descenso también estaba equipado con instrumentos científicos. Antes del lanzamiento, se esterilizó cuidadosamente para evitar la contaminación biológica de Venus. Estaba equipado con un paracaídas para un aterrizaje suave.
El 26 de diciembre de 1965, la trayectoria de la estación fue corregida. En ese momento, se encontraba a unos 13 millones de kilómetros de la Tierra. El 1 de marzo de 1966, alcanzó Venus y se estrelló contra su superficie entre -20° y +20° de latitud y 60° y 80° de longitud este (es decir, al este del cráter Meade).
Cuatro días antes del lanzamiento de “Venus-3”, el 12 de noviembre de 1965, se lanzó la estación “Venus-2”, que tenía el mismo diseño que “Venus-3”. La estación “Venus-2” voló cerca del planeta Venus (a una distancia de 24.000 km) el 27 de febrero de 1966, dos días antes que la estación “Venus-3”. Durante el vuelo se realizaron 63 sesiones de comunicación con la estación Venus-3 y 26 con Venus-2. Sin embargo, el sistema de control de la Venus-2 falló antes de llegar a Venus por lo que la estación no transmitió ningún dato sobre este planeta.
También, un 1 de marzo, pero esta vez de 1982, la nave Venera-13 aterrizó en Venus luego de 4 meses de viaje (el planeta se halla a unos 40 millones de kilómetros de la Tierra y a unos 108 millones de km. del Sol). En esa oportunidad, se desplegó un paracaídas para garantizar el lento aterrizaje y una vez asentada, tomó fotografías con su cámara a bordo. Durante las casi dos horas, que el módulo estuvo en Venus transmitió datos, 8 fotografías en blanco y negro y 14 a color, además de importante información sobre el suelo venusiano.
Fuente y fotos: Epizodsspace.airbase.ru – Computerhoy.com – Nasa.gov