En un importante hito hacia el vuelo eléctrico híbrido para los viajes aéreos comerciales, la corporación GE Aviation ‑subsidiaria de General Electric‑, llevó a cabo una prueba de integración a gran altitud en las instalaciones de NEAT de la NASA: un sistema de propulsión eléctrica híbrido de muy alta potencia.
El hecho fue anunciado en el Salón Aeronáutico Internacional de Farnborough ‑Inglaterra-, cuando GE completó la primera prueba del mundo en condiciones de altitud que simulan vuelos comerciales de pasillo único. En dicha experiencia se evaluó a los motores/generadores eléctricos, los convertidores, transmisores y control de potencia de los componentes en un entorno de vuelo replicado. De esta manera, se validó la arquitectura de los sistemas híbridos de propulsión eléctrica desarrollados por GE.
La prueba del sistema comenzó en junio de 2021 y se completó a principios de este año en las instalaciones del Banco de Pruebas de Aviones Eléctricos (Electric Aircraft Testbed –NEAT) de la NASA en Sandusky, Ohio. Para representar el lado derecho e izquierdo del motor de una aeronave, se operaron dos juegos de un sistema eléctrico híbrido en condiciones de hasta 15.000 metros, simulando las cargas eléctricas necesarias para ayudar a optimizar los motores en la propulsión de una aeronave.
“Estamos haciendo historia en la aviación mediante el desarrollo tecnológico para ayudar a que los vuelos eléctricos híbridos sean posibles para los viajes aéreos comerciales cotidianos“, dijo Mohamed Ali, vicepresidente y director general de ingeniería de GE Aerospace.
La instalación NEAT, donde se llevaron a cabo las pruebas, es un banco reconfigurable de la NASA utilizado para diseñar, desarrollar, ensamblar y probar sistemas de energía de aeronaves eléctricas. “La exclusiva instalación NEAT es el único lugar de prueba capaz de proporcionar simultáneamente tanto energía eléctrica como condiciones de gran altitud en un área lo suficientemente grande como para adaptarse a todo un tren motriz eléctrico, y estamos orgullosos de ver que esta prueba con GE llega a una conclusión exitosa. Esta instalación se ha vuelto muy buscada en toda la comunidad aeronáutica, es fundamental para apoyar el objetivo de la agencia de desarrollar tecnologías que permitan fomentar futuras iniciativas de adaptación al cambio climático“, dijo Bob Pearce, administrador asociado de la Dirección de Investigación de Misiones Aeronáuticas de la NASA.
Durante la prueba de integración de altitud se evaluaron los componentes tanto de forma independiente como de un sistema integrado. Además, se probaron múltiples modos operativos, incluida la transferencia de potencia de un lado a otro, la asistencia de un motor simulado, y la generación e implementación del almacenamiento de energía en la aeronave.
A futuro, las pruebas continuarán como parte del proyecto “vuelo del tren motriz electrificado” (EPFD) –anunciado por la NASA en octubre pasado–, donde se incluirá evaluar el sistema eléctrico híbrido conectado a los motores turbohélice CT7 de GE. Se estima que para fines de esta década se realice la práctica de vuelo en un avión Saab 340B con motor CT7.
Por su parte, la compañía Boeing está en tratativas con GE para apoyar las pruebas de EPFD, proporcionando los servicios de modificación de aeronaves, integración y pruebas de vuelo. Ese trabajo incluye la fabricación de góndolas, el diseño y el software de la interfaz de la cubierta de vuelo.
Fuente y Foto: GE Aviation