Blue Origin logró un hito trascendental con el lanzamiento de su cohete New Glenn

La empresa espacial Blue Origin hizo historia en la madrugada del jueves 16 de enero al realizar con éxito el vuelo inaugural del cohete New Glenn, llevando consigo un prototipo de satélite diseñado para orbitar a miles de kilómetros sobre la Tierra. Luego de tres intentos de lanzamiento en semanas anteriores, la misión partió desde el Complejo de Lanzamiento 36 en Cabo Cañaveral, Florida, Estados Unidos, perteneciente a la Fuerza Espacial de ese país, y tuvo una duración aproximada de seis horas.

El satélite experimental permaneció dentro de la segunda etapa del cohete mientras orbitaba la Tierra y, finalmente, la segunda etapa fue colocada en una órbita segura y elevada, siguiendo las prácticas de la NASA para minimizar la generación de desechos espaciales.

Con este vuelo inicial, la compañía fundada por Jeff Bezos hizo su primera demostración en el marco del programa de Lanzmiento Espacial de Seguridad Nacional de la Fuerza Espacial de los Estados Unidos.La misión NG-1 cumplió el objetivo de alcanzar la órbita terrestre baja, prueba que sirvió para que la nueva gama de cohetes de Blue Origin obtenga las certificaciones necesarias que le permitan encarar misiones de Seguridad Nacional del Gobierno de Estados Unidos.  

El cohete, que debe su nombre al astronauta de la NASA John Glenn, primer estadounidense en orbitar la Tierra, tiene una altura de 98 metros, y es capaz de transportar hasta 45 toneladas de carga a órbitas bajas. Su primera y segunda etapa son reutilizables, lo que reduce significativamente el costo de los vuelos. Está impulsado por motores alimentados por metano y oxígeno líquidos, un combustible descripto por la empresa como “el más potente que jamás haya volado” y que, además, permite una mayor eficiencia y menores costos de operación.  

La carga útil de este primer lanzamiento fue el Blue Ring Pathfinder, un demostrador que sirve para validar las capacidades de comunicación de la plataforma desde órbita hasta tierra, la telemetría, el hardware de seguimiento y control, y su seguimiento. El objetivo principal de la empresa era llegar a la órbita de forma segura. “Sabemos que aterrizar el cohete en nuestro primer intento en alta mar en el Atlántico es ambicioso, pero vamos tras eso”, habían dicho en un comunicado. Otra meta era la recuperación de la primera etapa, diseñada para ser reutilizable un mínimo de 25 veces. El propulsor para el vuelo se llama So You’re Telling Me There’s a Chance (Entonces, me estás diciendo que hay una oportunidad), en alusión a la dificultad de aterrizar en el primer intento.

El diseño de esta misión permite una amplia variedad de operaciones, como el envío de satélites; carga para la Estación Espacial Internacional, e incluso misiones futuras a la Luna o Marte. Jarrett Jones, vicepresidente sénior de New Glenn, se refirió a este lanzamiento como un “hito monumental” y, agregó: “Este éxito demuestra que nuestro riguroso enfoque de las pruebas, combinado con nuestras increíbles herramientas e ingeniería de diseño, está funcionando como se esperaba”.

Bezos estuvo presente en el lanzamiento desde el centro de control de la misión. El empresario señaló que este es “solo el comienzo de una fase en la que la industria espacial trabajará en conjunto para reducir los costos de acceso al espacio”. Blue Origin planea realizar entre seis y ocho lanzamientos del New Glenn este año, si todo marcha según lo previsto, con el próximo programado para la primavera.

Fuente: Blue Origin – INFOBAE

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