Volar sin GPS: así funciona la navegación cuántica de MagNav

El sistema global de posicionamiento satelital (GPS, por sus siglas en inglés) no está exento de riesgos: puede presentar desde interferencias hasta ataques de suplantación de señal, además de vulnerabilidades críticas tanto en operaciones civiles como militares. Frente a ese escenario, Airbus y la empresa SandboxAQ —una startup nacida del ecosistema de Alphabet— desarrollaron MagNav, un sistema basado en navegación magnética cuántica.

La propuesta, impulsada desde el centro de innovación Acubed que Airbus tiene en Silicon Valley, California, busca utilizar el campo magnético terrestre como referencia natural para determinar la ubicación de una aeronave. El sistema, conocido también como AQNav, combina sensores cuánticos con inteligencia artificial para comparar las mediciones magnéticas reales con mapas digitales detallados del subsuelo. De ese modo, es capaz de calcular una posición sin necesidad de recibir señales externas.

Durante los ensayos, realizados en vuelos sobre distintas regiones de Estados Unidos, se utilizó una aeronave Beechcraft Baron especialmente modificada para integrar el sistema MagNav. En más de 150 horas de prueba, el sistema mantuvo una precisión constante dentro del límite establecido por la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) –hasta 3,7 km de margen–. Además, en el 64 % de los casos, la ubicación fue determinada con un margen de error inferior a 550 metros, para alcanzar los niveles de exigencia equivalentes al estándar de navegación.

El equipo técnico destacó que los resultados fueron aún más precisos al sobrevolar zonas montañosas y de fuerte variabilidad geológica, donde la huella magnética del terreno ofrece más contraste. En algunos tramos, la precisión llegó a menos de 75 metros sin necesidad de ajustes electromagnéticos ni protección especial contra interferencias.

Una de las principales ventajas de MagNav es que no depende de señales externas, lo que lo hace inmune a las amenazas comunes que afectan al GPS. Al operar de forma pasiva, es decir, sin emitir ni recibir señales, el sistema no puede ser interferido ni suplantado por técnicas como el jamming (bloqueo de señal) o el spoofing (engaño por señal falsa). Por eso, se lo considera una alternativa segura tanto como respaldo como para uso principal en operaciones críticas, ya sea en aviación comercial, misiones militares o aplicaciones científicas.

Además de su uso en aviación, los desarrolladores apuntan a aplicaciones en navegación submarina, localización en entornos donde el GPS no es viable (como túneles o cavernas), y hasta posibles usos médicos en el largo plazo, como diagnóstico por detección de campos magnéticos biológicos.

Por ahora, el desafío radica en la escalabilidad y certificación del sistema para usos comerciales. Aunque el hardware es compacto —similar en tamaño a una pequeña valija—, aún debe atravesar procesos regulatorios, validación operativa en distintos entornos y ajustes de integración en cabinas modernas.

La tecnología fue reconocida, en 2024, como una de las “iniciativas emergentes más prometedoras” por la revista TIME, y ya se proyecta como una posible herramienta complementaria para sistemas autónomos, aviones militares y aeronaves no tripuladas.

Fuentes y fotos: Airbus Acubed, SandboxAQ

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