SABRE, el motor híbrido que impulsa la era de la aviación hipersónica

La aviación comercial está en la antesala de una revolución que podría transformar por completo los tiempos de vuelo intercontinentales. Bajo el liderazgo del Reino Unido y con el respaldo de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), se prepara un ambicioso proyecto que promete llevar pasajeros de Londres a Nueva York en apenas 60 minutos. 

En el marco del Proyecto Invictus, que busca construir y volar un avión hipersónico experimental antes de 2031, la firma británica Reaction Engines, en colaboración con la UK Space Agency y la ESA, desarrollan un motor híbrido llamado SABRE (Synergetic Air Breathing Rocket Engine)capaz de operar como un jet tradicional y como un cohete espacial. El programa cuenta con financiación del gobierno británico y del sector privado, y es impulsado por la consultora Frazer-Nash junto a Reaction Engines.

El SABRE es un propulsor revolucionario que combina la capacidad de absorber oxígeno del aire como los motores a reacción, con la posibilidad de funcionar en el vacío del espacio como un cohete.

Este diseño dual le permite a la aeronave despegar desde una pista convencional, volar en la atmósfera terrestre a velocidades superiores a Mach 5 (más de 6000 km/h) y, luego, continuar su trayectoria fuera de la atmósfera, si es necesario.

Uno de los grandes desafíos al alcanzar velocidades hipersónicas es el calentamiento extremo del aire al ingresar al motor. A velocidades cercanas a Mach 5, el aire puede superar los 1000 °C. Para solucionar esto, SABRE incorpora un sistema de precooler criogénico capaz de enfriar ese aire a temperatura ambiente en menos de 0,05 segundos, antes de que entre en la cámara de combustión.

Este componente, probado exitosamente en 2019, es considerado el gran desarrollo del proyecto. El sistema utiliza helio y la temperatura ultrabaja del hidrógeno líquido para enfriar el flujo de aire sin perder potencia, lo que permite al motor operar de manera eficiente y segura a altísimas velocidades.

Según se informó, el calendario prevé: finalización del diseño integrado para 2026, pruebas de motor y subsistemas entre 2027 y 2030, y su primer vuelo hacia 2031. De tener éxito, Invictus abriría las puertas a una nueva generación de aeronaves capaces de realizar vuelos intercontinentales en una fracción del tiempo actual.

Si bien por ahora se trata de un prototipo experimental, el impacto a futuro es gigantesco. Un viaje entre Londres y Nueva York podría reducirse a solo una hora, sin necesidad de lanzadores verticales ni infraestructura espacial especializada.

Este tipo de aeronaves también podría tener aplicaciones estratégicas para la defensa, el acceso rápido al espacio y la logística global de alta prioridad. Además, la tecnología SABRE tiene potencial para ser aplicada en sistemas espaciales más ambiciosos, como lanzadores reutilizables o naves de una sola etapa para alcanzar la órbita (concepto conocido como SSTO, por sus siglas en inglés).

Fuente y foto: ESA

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