Patrullaje inteligente: Francia despliega la robótica para proteger sus aeropuertos

La aviación atraviesa una transformación silenciosa pero contundente. Ya no se trata solo de aviones más rápidos o eficientes, sino de cómo la inteligencia artificial (IA) y los drones autónomos empiezan a ocupar un lugar activo en la operación diaria de los aeropuertos, el tráfico aéreo y la seguridad de vuelo.

En Estados Unidos, la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) realiza pruebas intensivas con drones comerciales para detectar, identificar e incluso neutralizar amenazas potenciales en entornos reales. Más de 100 drones fueron desplegados en Nueva Jersey para testear tecnologías que actúan sin interferir con la navegación aérea tradicional. En paralelo, el Congreso otorgó nuevas atribuciones a la FAA para operar sistemas de contramedidas cerca de aeropuertos, lo que evidencia una creciente preocupación —y al mismo tiempo confianza— en el uso de IA para gestionar situaciones de alto riesgo.

Desde la NASA también se impulsa una revolución más silenciosa pero igual de profunda. En su Centro Ames, desarrollan un sistema extensible de gestión de tráfico aéreo, llamado xTM, pensado para permitir que drones, eVTOL y aeronaves tradicionales compartan el espacio aéreo sin conflicto. Las simulaciones permiten analizar miles de trayectorias en minutos, algo que de manera manual llevaría horas, y ofrecen una validación casi inmediata sobre la viabilidad de nuevas rutas autónomas.

En California se realizaron las primeras pruebas de vuelos de carga no tripulada que despegan desde aeropuertos regionales y se integran directamente en el espacio aéreo controlado. Son vuelos operativos reales, con paquetes grandes y trayectorias autónomas, supervisados de manera remota, pero sin intervención directa. La FAA acompaña estas iniciativas con su hoja de ruta, para certificar la IA en aeronaves: un marco técnico que permitirá validar, regular y, eventualmente, autorizarla en procesos de vuelo.

Europa también avanza. En Francia, el proyecto Pandrone —cofinanciado por el programa estatal France 2030— desarrolla un sistema de drones autónomos con IA para patrullar perímetros aeroportuarios. Son sistemas que detectan movimientos sospechosos, alertan a las autoridades y cubren amplias zonas con máxima eficiencia.

Incluso la inspección de aviones empieza a cambiar. El proyecto Air‑Cobot, también en Francia, mostró un robot colaborativo autónomo capaz de recorrer un fuselaje con sensores 3D, cámaras y algoritmos de reconocimiento para detectar grietas sin intervención humana. Es como si la aeronave tuviera su propio inspector digital, siempre disponible y atento.

En los laboratorios y centros de investigación, como la prestigiosa Universidad de Cornell, en Ithaca, estado de Nueva York, se desarrollan plataformas de gestión aérea basadas en IA para simular cómo será el tráfico en ciudades donde drones, taxis voladores y aviones convivan en el aire. Todo esto ya está ocurriendo, a escala pequeña pero constante, bajo supervisión de organismos como la FAA, la NASA o la agencia de innovación francesa.

Fuente: Administración Federal de Aviación, NASA/ Foto: Innov-atm.org

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