
Durante la Aviation Climate Week, organizada por la OACI en Montreal, América Latina y Estados Unidos fueron protagonistas en los debates sobre el futuro de los combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés). Países como Brasil, Argentina, EE.UU., Chile y Colombia mostraron avances concretos para convertirse en actores clave del suministro global de SAF, gracias a su capacidad agrícola, experiencia en biocombustibles y marcos regulatorios emergentes.
Brasil lidera la región con su hoja de ruta SAF aprobada en 2024, que exige reducir, de manera gradual, las emisiones de vuelos domésticos para 2037. Su iniciativa ProBioQAv, que aprovecha la infraestructura del etanol, podría alcanzar los 6000 barriles diarios de biocombustible en 2030 y consolidaría su rol como hubregional.
Otros países también avanzan: Chile cuenta con un objetivo de 50 % SAF para 2050; y Uruguay desarrolla estándares para proyectos piloto. Incluso Paraguay firmó un acuerdo con Shell para suministrar mayor cantidad de SAF anual. El potencial es enorme, pero el desafío sigue con los ojos puestos en la reducción de los costos de producción y un acceso al financiamiento competitivo.
Expertos y autoridades coinciden en que América tiene una oportunidad única de posicionarse como proveedor global de biocombustible para la aviación. Pero para lograrlo, es clave fortalecer los incentivos fiscales, armonizar regulaciones, garantizar certificaciones sostenibles y consolidar cadenas logísticas integradas. Si se articulan esfuerzos públicos y privados, la región podría convertirse en una potencia de aviación verde en la próxima década.
A tales efectos, la OACI reafirmó que el combustible sostenible es la herramienta más efectiva a corto plazo para reducir las emisiones del sector aéreo, en línea con el objetivo global de emisiones netas cero para 2050 (Resolución A41-21). Para apoyar esa transición, el organismo lanzó el programa ACT-SAF, que reúne a más de 100 países y 130 organizaciones públicas y privadas. Este programa ofrece asistencia técnica, capacitación y acompañamiento en el diseño de políticas y proyectos SAF.
En Montreal también se discutieron avances del marco global de SAF, aprobado en la Conferencia CAAF/3, así como recomendaciones del Comité de Medioambiente de la OACI, centradas en certificación, monitoreo y escalado de la producción. América fue destacada por sus avances concretos y su capacidad de liderar una transición regional hacia una aviación más limpia.
Además, se anunció una alianza entre la OACI y la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés) para crear una plataforma de financiamiento climático, con el objetivo de conectar proyectos con inversores internacionales. Esta iniciativa podría acelerar la construcción de plantas en América Latina y generar nuevas cadenas de valor.
Con estas acciones, la OACI busca fortalecer la cooperación internacional y asegurar que regiones con alto potencial —como América— accedan a herramientas concretas para convertirse en protagonistas del cambio. La clave ahora está en transformar ese potencial en infraestructura, regulación e inversión real.
Fuentes: OACI, Aviation Climate 2025, IRENA
Fotos: BioEnergyTimes.com