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El  T-7A Red Hawk finaliza con éxito su tercera prueba 

El Boeing T-7A Red Hawk, conocido como el T-X,  avión de entrenamiento avanzado desarrollado por Boeing Defense, Space & Security en asociación con Saab, acaba de finalizar con éxito tres pruebas que impulsan hacia delante al entrenador de pilotos de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF).

El T-7A APT-3 es uno de los cinco aviones de desarrollo de ingeniería y fabricación que se sometió a rigurosas pruebas en la base aérea en Eglin, Florida, donde soportó temperaturas que oscilaban entre -25°F y 110°F. Esta exigencia evaluó el desempeño del sistema de la aeronave, incluida la propulsión, el sistema hidráulico, el combustible, la electricidad, la energía secundaria, el control ambiental y las operaciones generales en condiciones ambientales extremas. 

Por otro lado, Boeing y la USAF realizaron una evaluación dinámica de trineo en la base de la Fuerza Aérea en Holloman, Nuevo México. Esta prueba analizó las mejoras que se realizaron en el asiento eyectable ACES 5 y el sistema de fractura de cubierta de Pacific Scientific EMC para reducir el riesgo de lesiones del piloto. Durante el examen, el equipo implementó sincronización variable para ralentizar el asiento eyectable, utilizando el conducto de embudo. Ahora, el equipo se está preparando para avanzar con la siguiente ronda de pruebas.

Evelyn Moore, vicepresidenta y directora de Programas T-7 anunció: “El T-7A Red Hawk está preparado para revolucionar la formación de pilotos, ofreciendo mayor seguridad, rendimiento y adaptabilidad. Al completar estos tres hitos muestra un progreso significativo en el desarrollo del programa”. Y agregó: “Continuaremos con la próxima ronda de pruebas del sistema de escape a lo largo de este año y hasta 2025”.

En febrero del corriente año, Boeing presentó el desarrollo de un nuevo software de ley de control de vuelo y, desde entonces, el avión ha volado más de diez veces, alcanzando un ángulo de ataque de 25 grados. Tres de esas pruebas demostraron la capacidad de la aeronave para lograr un seguimiento preciso mientras se encuentra en posición alta de ataque, una capacidad clave para el entrenamiento de pilotos. La incorporación de la ley de control 17.5 despeja el camino para que la USAF comience,  en la base de la Fuerza Aérea Edwards, las instancias de resistencia de ángulo alto de ataque y salida.

En tanto, el fabricante está construyendo una nueva línea para la producción inicial a baja velocidad (LRIP) del T-7A. Está previsto que la compañía cargue los primeros fuselajes delantero y trasero para LRIP a mediados del corriente año.

Fuente y foto: Boeing newspress

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