Por: Miguel Alejandro Sánchez Peña y Francisco Garcete
ma_sanchezpena@faa.mil.ar
Wernher Von Braun, director del George C. Marshall Space Flight Center de la NASA, encargado del diseño del cohete Saturno V, para el programa Apolo de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de EE. UU. fue invitado en octubre de 1963 por la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE), dependiente de la Fuerza Aérea, a realizar conferencias en Buenos Aires y en la ciudad de Córdoba, en las que se interiorizó en el avance del desarrollo de la cohetería argentina.
Von Braun junto al comodoro Aldo Zeoli (IIAE)
Corrían los años 60, y el presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, había anunciado el programa Apolo ―sucesor de los programas Mercury y Gemini― que debía orbitar la Luna con astronautas en misiones de reconocimiento de lugares posibles para el alunizaje. Aseguró que antes de que terminara la década, se pondría un hombre en nuestro satélite natural.
La tarea no sería fácil, hubo tres alternativas para tal objetivo: el vuelo directo, el encuentro en órbita terrestre (EOR), y el encuentro en órbita lunar (LOR).
El vuelo directo era la opción más simple en papel, pero la más colosal en estructura: un cohete de carga de enormes proporciones, bautizado como Nova y diseñado por la NASA, colocaría una nave en posición para adoptar una trayectoria directa al planeta. Al llegar al lugar, y una vez terminada la misión, despegaría de regreso a la tierra; al ingresar a la atmósfera, se desprendería una nave de menor tamaño (algo similar a los transbordadores espaciales).
Por otro lado, el encuentro en órbita terrestre contemplaba la construcción y el lanzamiento de varios vehículos pequeños desde la tierra que eliminarían la necesidad de construir a Nova. Estos se reunirían en la órbita terrestre y se acoplarían entre sí para formar una sola nave que alcanzaría el satélite natural.
Y el tercer método, el encuentro en órbita lunar, ubicaría la nave espacial y el sistema de propulsión en un cohete. Al llegar a la órbita de la Luna, se separaría un módulo de exploración de la nave madre hacia el satélite; luego regresaría a la nave y hacia la tierra.
El 7 de junio de 1962, fue adoptado el método de encuentro en órbita lunar, de John Houbolt. Se requirió el trabajo de 411.000 personas, y, de ese total, 34.271 procedían de la NASA.
La nave espacial, según los planos, se componía de tres partes: el módulo de comando, el módulo de servicio y el módulo lunar. La primera contaba con espacio para tres tripulantes y estaba unida a la segunda parte, que proveía de abastecimiento y contenía el sistema de propulsión de servicio. La tercera parte de la nave estaba diseñada para volar en el vacío sin capacidad aerodinámica. Este módulo estaba unido a los otros dos y se separaba en la órbita para realizar el alunizaje, con dos astronautas a bordo.
Saturno V
Al frente del colosal proyecto, estaría el científico alemán Wherner Von Braun, nacido el 23 de marzo de 1912 en Wirstz, Prusia Oriental. Desde su infancia tuvo inclinación por las ciencias del espacio. Se graduó en ciencias físicas en el Instituto de Tecnología de Charlottenburg. Posteriormente se matriculó en la facultad de astrofísica e inició prácticas de lanzamiento con pequeños cohetes en Raketenflugplatz, centro de vuelos de cohetes, Berlín–Reinickendorf.
En Alemania se dedicó al desarrollo de cohetes bélicos y, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, se radicó en Estados Unidos, donde trabajó como director del centro experimental de cohetes de White Sands, Nuevo Méjico, en investigación de proyectiles teledirigidos.
Wernher Von Braun fue invitado a la Argentina por la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE), dependiente de la Fuerza Aérea Argentina. En esa oportunidad visitó el Instituto de Investigación Aeronáutica y Espacial (IIAE) ―también de la institución― ubicado en la ciudad de Córdoba, donde tuvo oportunidad de ver los diferentes desarrollos y tipos de cohetes–sonda.
Von Braun junto a ingenieros aeronáuticos en el IIAE
El científico fue recibido por el presidente Arturo Illia en la Casa Rosada, el 20 de octubre de 1963, y, posteriormente, dio una conferencia, en el Círculo de Aeronáutica en la ciudad de Buenos Aires, sobre el programa Lunar tripulado de EE. UU. (Proyecto Apolo). Fue presentado por el ingeniero Teófilo Tabanera, presidente de la CNIE, ante autoridades y personal de ese organismo, de la Fuerza Aérea y del Gobierno Nacional.
Comodoro Ing. Aldo Zeoli (IIAE) junto al Ing.Teófilo Tabanera (CNIE) der.
En esta visita al país, Von Braun se interesó por el desarrollo de la cohetería en Argentina y dio su punto de vista sobre la tecnología local. Además, proyectó cooperación con nuestro país, lo que motivó su viaje a Córdoba, donde visitó la Fábrica Militar de Aviones (FMA) y el IIAE. Allí fue recibido por las autoridades, quienes le informaron sobre el programa de cohetes– sonda Gamma Centauro que estaban en producción, y sobre los proyectos Orión y Canopus, de los cuales se expuso el proceso constructivo, las particularidades técnicas y las performances, como sistemas de investigación que en breve tendrían su aplicación en el Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados (CELPA) Chamical, La Rioja.
El alemán también se interiorizó en los prototipos de aviones más recientes de la Dirección Nacional de Fabricaciones e Investigaciones Aeronáuticas (DINFIA), como el Guaraní II, transporte ejecutivo biturbo hélice.
Capitán ing. Luis Cueto (IIAE) y Von Braun
Además, el científico alemán realizó uno de los avances más relevantes en la armamentística: desarrolló los misiles V-2 y logró alcanzar una altura de 415 km, nunca antes vista, creando así al predecesor de los cohetes. Luego, seguirían los cohetes Redstone, Vicking, Aerobee y Júpiter, con el que Estados Unidos logró poner en órbita su primer satélite artificial, el Explorer 1, el 31 de enero de 1958. En el año 1959, el presidente Eisenhower le otorgó la máxima distinción por su aporte al programa espacial americano.
Von Braun se consagró como el padre de la cohetería moderna.
Al crearse la NASA y ante la propuesta del presidente Kennedy, fue nombrado director del George C. Marshall Space Flight Center en Huntsville, Alabama. Su misión sería el diseño y la construcción del Saturno V, con una potencia suficiente para lograr el objetivo. Allí se harían todas las fases de construcción para que el cohete traslade al hombre al planeta.
“El Centro confiado a mi dirección tiene la responsabilidad y misión de desarrollar, ensayar y poner a punto los gigantescos cohetes que demande la empresa que se distingue como proyecto Apolo. Se trata de la familia de cohetes Saturno […]. Los cohetes Saturno I y IB impulsarán la nave espacial Apolo durante el proceso experimental en vuelos de órbita circunsterrestre. En cambio, y teniendo en cuenta la luna como meta final, será preciso contar con el Saturno V…”. En “VON BRAUN EN LA ARGENTINA”; Revista Nacional Aeronáutica y Espacial, diciembre de 1963.
El importante proyecto del Saturno V culminó el día 20 de julio de 1969, en la misión Apolo 11.
Fuentes:
*Revista Nacional Aeronáutica y Espacial, diciembre 1963, Año XXIII, Nº 259, Argentina.
*Pablo de León. “Historia de la Actividad Espacial en la Argentina”, 1a. edición, Buenos Aires, el autor, 2008.
Fotografías: créditos Miguel A. Sánchez Peña/wikipedia/National Geographic
Video: https://3d.si.edu/