La NASA dio a conocer un mapa que muestra las emisiones netas de dióxido de carbono (CO₂) de más de 100 países, entre 2015 y 2020, realizado a partir de las mediciones de su satélite OCO-2 (Orbiting Carbon Observatory 2). China y EEUU encabezan la lista de países con mayor emisión, seguidos por India, Indonesia, Malasia, Brasil, México, Irán, Japón y Alemania. Argentina, por el contrario, presenta un balance positivo.
El satélite, lanzado al espacio el 2 de julio de 2014 desde la base de Vandenberg, California (EEUU), es el corazón de un proyecto piloto que tiene como objetivo final ayudar a los diferentes países a alcanzar los objetivos climáticos marcados por el Acuerdo de París y es el segundo instrumento de alta precisión más importante después de GOSAT. Entre sus prestaciones está la perspectiva gráfica de las emisiones de CO₂ en el mundo, así como también el registro de la cantidad de bosques y otros “depósitos naturales” que suelen absorberlas.
Las mediciones de este satélite son uno de los ejes de un estudio internacional de la agencia espacial estadounidense, llevado a cabo por más de 60 investigadores, cuyos avances se han recogido en la publicación especializada ‘Earth System Science Data’, con el objetivo principal de cuantificar el aumento y descenso de las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera en el lapso de tiempo mencionado.
Los datos son especialmente útiles para monitorear las fluctuaciones de dióxido de carbono relacionadas con el cambio de la superficie terrestre y, además, son fáciles de interpretar: en verde, aparecen los países en los que se eliminó más dióxido de carbono del que se emitió; en tonos marrones y rojos, encontramos los países con mayores emisiones de CO₂ y saldo negativo. Adicionalmente, el mapa ofrece una imagen novedosa del movimiento del carbono a través de la tierra, el océano y la atmósfera.
La NASA explica que estas mediciones siguen un enfoque denominado “descendente o de arriba a abajo”, al tener en cuenta tanto el CO₂ que se emite como el que se absorbe. Estos métodos tradicionales se basan en el recuento y la estimación de la cantidad de dióxido de carbono que se emite desde todos los sectores de una economía, como el transporte y la agricultura. Según uno de los responsables del estudio, Philippe Ciais, “son métodos vulnerables cuando faltan datos o no se conocen del todo los efectos netos de actividades concretas como la tala”.
Del informe se desprende que la Argentina es uno de los pocos países del mundo en donde la ganadería no contamina el medio ambiente. Las vacas digieren el carbono del pasto eliminando metano a la atmósfera. En conclusión, nuestro país absorbe más carbono del que emite, lo que se debe especialmente a la agricultura y la ganadería, actividades primarias mediante las cuales convierten a este sector en un actor esencial en la gestión de la fotosíntesis y la recuperación del dióxido de carbono de la atmósfera en el ciclo natural del carbono.
Los investigadores afirman haber podido crear una base de datos “que podría ser especialmente útil para los países que carecen de los recursos tradicionales para elaborar mediciones precisas”. De hecho, en sus conclusiones los científicos incluyen datos de más de 50 países que en los últimos diez años ni siquiera habían notificado datos de sus emisiones de CO₂.
El objetivo es mostrar un mapa cada vez más preciso que pueda servir como herramienta contra el cambio climático y, de esta manera, presionar indirectamente a las naciones responsables de estas emisiones para encontrar la forma de corregirlas o mitigarlas.
FUENTE: NASA