AIR FORCE ONE
Por Alfredo Martínez
21 de diciembre de 2022
amartinez@faa.mil.ar
Es un error común pensar que el Air Force One (AF1) se refiere a un avión específico de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF). Este indicativo oficial solo se le otorga a aquellas aeronaves que transportan al presidente, y solo cuando esté a bordo el primer mandatario puede llevar ese nombre. Hoy en día, el nombre refiere a una de las dos aeronaves altamente personalizadas de la serie Boeing 747-200B. Si el que viajara fuese el vicepresidente, se lo denominaría Air Force Two.
Desde comienzos de la década de los 90, esta serie Boeing, con aviones numerados en la cola como 28000 y 29000, y designados como VC-25A, forma parte de la flota presidencial norteamericana.
Los aviones tienen una autonomía de vuelo de unos 13 mil kilómetros sin necesidad de reabastecerse y una capacidad total de 102 personas, incluyendo 26 dedicadas al servicio y 4 tripulantes, un piloto, un copiloto, un jefe de mando y un jefe de radares. Además, luego del atentado a las Torres Gemelas de la ciudad de Nueva York en 2001, actúa como la “Casa Blanca en el aire” si el presidente se encuentra dentro.
La flota es mantenida y operada con carácter militar por el Presidential Airlift Group (Grupo de Transporte Aéreo presidencial), que forma parte del Comando de Movilidad Aérea 89th Airlift Wing, establecido en la Base Aérea Conjunta teniente general Frank M. Andrews, en Maryland. Además, allí funciona el cuerpo de Infantería de Marina, escuadrón HMX-1 “Nighthawks”, que opera los helicópteros VH-3D “Sea King” y el VH-60N “Whitehawk”, los cuales llevan el indicativo Marine One en el caso de que el piloto sea de la Marina, o Army One si fuese operado por un piloto del ejército.
Características técnicas y comodidades
Las diferencias entre un B747 común y uno destinado a ser Air Force One radican principalmente en el tamaño, las medidas de seguridad y la reconfiguración del espacio interior para permitir las actividades de los mandatarios y todo el personal a bordo.
Si bien estas aeronaves constan de tres pisos con unos 4000 pies cuadrados disponibles, el AF1 destina la zona inferior como espacio de carga, donde se transporta el equipaje y la provisión de alimentos para abastecer hasta dos mil personas; estos son preparados en cocinas capaces de proveer a 100 comensales a la vez. El segundo piso está destinado al mandatario y a los pasajeros, y en el tercero se encuentran todos los equipos de comunicaciones y la cabina de mando.
Las aeronaves cuentan además con instalaciones médicas y una suite especialmente acondicionada que puede funcionar como sala de operaciones con un médico a bordo de manera permanente. Además, tiene un servicio farmacéutico y cuartos para invitados. La suite presidencial incluye, entre otros, vestidor, baño, ducha, gimnasio y oficina privada. Hay servicio de Internet y sistemas de telecomunicaciones que incluyen telefonía y televisión satelital. En cuanto a la logística, muchos otros aviones de carga vuelan previamente al AF1 para proveerle al comandante en jefe los vehículos y servicios que pueda necesitar en lugares remotos que visite.
Cabe aclarar que existe “información secreta y clasificada” sobre muchas de las características técnicas de estos aviones por obvias razones de seguridad.
Historia
El primer presidente que voló en un avión durante su mandato fue Franklin D. Roosevelt (1933-1945), quien viajó en un Boeing 314 Clipper comercial a la conferencia de Casablanca en Marruecos, en 1943, durante la Segunda Guerra Mundial.
En esos momentos, la razón principal para los vuelos presidenciales, evitando las vías marítimas, fue la amenaza de los U-Boot (del alemán Unterseeboot, «submarino») de la Marina de Guerra alemana en el Océano Atlántico. La continua amenaza de estas naves subacuáticas convirtió a los viajes aéreos en un medio común para llevar al presidente de EE. UU. a largas distancias. La primera aeronave designada oficialmente para un vuelo presidencial fue el Consolidated C-87A Liberator Express, matrícula 41-24159. Este avión era un bombardero B-24 reconfigurado, llamado Guess Where II (Adivina dónde), destinado a transportar al presidente Roosevelt en sus viajes internacionales.
Sin embargo, este avión no volvió a usarse después de que otro C-87 se estrellara; el Servicio Secreto reconfiguró un Douglas C-54C Skymaster (basado en un DC-4) construido especialmente para uso presidencial como reemplazo. Conocido por el apodo de Sacred Cow (Vaca Sagrada), incluía un dormitorio, comunicación radiotelefónica y un elevador para la silla de ruedas de Roosevelt. Con este avión, el presidente concurrió a la Conferencia de Yalta en la Crimea soviética, en febrero de 1945, para reunirse con W. Churchill y Iósif Stalin. La aeronave tenía una autonomía de 4000 millas (6400 km) y, a diferencia de su predecesor, podía aterrizar en cualquier aeródromo de tamaño menor. Actualmente está expuesta en la Base Aérea de Wright-Patterson, en Ohio.
Ante la muerte de Roosevelt, el vicepresidente Harry S. Truman (1945-1953) se convirtió en su sucesor y reemplazó el C-54C Skymaster por una modificación del Douglas VC-118 Liftmaster (una versión militar del avión de pasajeros DC-6), y la llamó Independence (Independencia). Este contaba con la nueva tecnología de cabinas presurizadas y podía transportar a 24 pasajeros. El presidente Truman viajó con dicha aeronave a la isla de Wake, en el Pacífico Norte, para su histórico enfrentamiento con el general Douglas MacArthur en octubre de 1950, durante la guerra de Corea (1950-1953). El avión fue retirado en 1965 y también se encuentra exhibido en Wright-Patterson.
Los Columbine
La primera aeronave presidencial de Dwight D. Eisenhower (1953-1961) fue un C-121 personalizado, la versión militar del avión de pasajeros Lockheed Constellation. Esta aeronave fue la primera en ser designada como Air Force One. Fue bautizada como Columbine II, ya que la columbina es la flor oficial de Colorado, el estado natal adoptado por la esposa del presidente. El Columbine I había sido el transporte personal de Eisenhower cuando estaba en el ejército.
Según la tradición popular, el piloto del Columbine II invocó por primera vez el indicativo Air Force One durante un vuelo a Florida en 1953. En este vuelo, al comandante le preocupó que los controladores aéreos pudieran confundir el avión presidencial, Air Force 610, con un vuelo comercial de Eastern Airlines, indicativo Air Force 8610, ya que ambos aviones se encontraban en el mismo espacio aéreo. Ante esta situación el piloto cambió el indicativo de su nave por Air Force One.
El Columbine II fue sustituido como avión presidencial en 1954 por el Columbine III, un Super Constellation modificado que era más largo, más rápido y más cómodo que su predecesor. Este avión fue la última aeronave con motor de pistón utilizado como transporte aéreo principal por un presidente. Finalmente fue retirado en 1966 y puede verse en la base aérea de Wright-Patterson.
El presidente también mejoró la tecnología del AF1 añadiendo un teléfono aire-tierra y un teletipo. Hacia el final de su presidencia, la USAF añadió dos jet Boeing 707 a la flota.
En esa época, el Air Force One entró en la era de los reactores. En agosto de 1959, Eisenhower voló por primera vez a bordo del VC-137A, un Boeing 707 Stratoliner apodado “Queenie” que había formado parte de la flota aérea de la administración. Este contaba con una sección especial de telecomunicaciones, compartimentos de pasajeros en la proa y en la popa (podía acomodar a un total de 40 personas), una zona de conferencias y un camarote. La velocidad, la autonomía, el confort y la elegancia de este avión lo hacían ideal para el líder de una potencia mundial.
En diciembre de 1959, transportó a Eisenhower en un imprevisto viaje de buena voluntad de tres semanas a 11 países de Europa, Asia y el norte de África.
Sustituido como avión presidencial principal en 1962, permaneció en la flota hasta su retirada en 1996. Ahora forma parte de la colección del Museo de Vuelo de Seattle, Washington.
Los Boeing 707 como Air Force One
En 1962, John F. Kennedy (1961-1963) incorporó el primer jet específicamente construido para uso presidencial, un Boeing 707 modificado, el SAM 26000 (Special Air Missions two-six-thousand). El diseño en azul y blanco, las palabras United States of America en el fuselaje, la bandera del país pintada en la cola y el sello presidencial a ambos lados del morro, que se mantienen hasta el día de hoy, fue una inspiración del diseñador francés Raymond Loewy por encargo del presidente Kennedy.
A finales de junio de 1963, el primer mandatario voló hasta la dividida Berlín en el VC-137C (Boeing 707-353B) con indicativo SAM 26000, donde hizo su famoso discurso de Ich bin ein Berliner! (¡Soy berlinés!) en solidaridad con el pueblo alemán por el bloqueo a Berlín impuesto por la URSS.
Fue este mismo avión el que transportó a Kennedy hasta Dallas, Texas, donde esa misma tarde sería asesinado. Luego del hecho, la aeronave regresó con el cadáver del exmandatario a Washington. Durante los funerales de estado, el Boeing 707 sobrevoló el Cementerio Nacional de Arlington en Virginia, mientras el expresidente norteamericano era sepultado.
Su sucesor, Lyndon B. Johnson (1963-1969), se convirtió en el primer y único presidente en jurar su mandato en un Air Force One, el SAM 26000, luego que una jueza le tomara juramento tras el asesinato ocurrido el 22 de noviembre de 1963. Johnson murió el 22 de enero de 1973 y, días después, el Boeing 707 trasladó el féretro del expresidente desde Texas hasta Washington para el funeral de estado.
Esta aeronave llevó a Richard Nixon (1969-1974) a sus históricos viajes a la República Popular China, en febrero de 1972, y a la ex Unión Soviética en mayo de ese mismo año. El mandatario se convirtió así en el primer presidente norteamericano en visita oficial a esos países.
El SAM 26000 fue retirado de la flota presidencial en mayo de 1998, en la Base de la Fuerza Aérea de Wright-Patterson, donde actualmente se exhibe.
El SAM 27000, VC-137C, fue la principal aeronave para uso presidencial que más primeros mandatarios transportó, desde Richard Nixon hasta George H. W. Bush (1989-1993), pasando por Gerald Ford (1974-1977), Jimmy Carter (1997-1981) y Ronald Reagan (1981-1989).
Fue el mismo Nixon quien llamó a la flota presidencial (los SAM 26000 y 27000) The Spirit of 1976 en conmemoración por el bicentenario de la independencia de los Estados Unidos.
Cuando este dimitió el 9 agosto de 1974, debido al tan mentado escándalo de Watergate, se trasladó en el avión presidencial hacia su domicilio en Orange, California. Cambió el nombre de Air Force One por el indicativo del control de tráfico aéreo SAM 27000 debido a que su sucesor, Gerald Ford, estaba jurando como nuevo presidente del país.
En 1987, Reagan voló en el SAM 27000 a Berlín donde hizo su famoso discurso Tear down this Wall! (¡Derribe este muro!) dirigido al exsecretario general del Partido Comunista soviético Mijaíl Gorbachov (1985-1991) para que derribase el muro de Berlín.
Cuando, el 11 de septiembre de 2001, se produjeron los atentados a las Torres Gemelas de la ciudad de Nueva York y al Pentágono (sede del Departamento de Defensa de los EE.UU.), el presidente George W. Bush (2001-2009) se encontraba en una escuela primaria en Florida. Por tal motivo, en vez de regresar a Washington, los servicios secretos norteamericanos decidieron que el AF1 se dirigiese a Luisiana y luego a Nebraska, ya que habían recibido información de que la Casa Blanca y el mismo Air Force One eran objetivo de los terroristas. Más tarde se concluyó que no había razones reales para inferir eso y que esta decisión fue una falla de comunicación.
Ese mismo año, el SAM 27000 fue retirado, desmontado y llevado por partes hacia la Biblioteca y Museo Presidencial de Ronald Reagan en California, donde fue reconstruido y actualmente se encuentra en exhibición pública permanente.
Otros tipos de aviones presidenciales
Un Beechcraft King Air de la USAF, designado VC-6A (66-7943), distintivo Air Force One, era utilizado por el presidente Johnson para trasladarse desde la Base Aérea de Austin, Texas, hacia el rancho de su propiedad en la localidad de Johnson City, distante unos 70 km. Este avión era referido como Lady Bird en alusión al apodo de la esposa del presidente.
Executive One es el indicativo que ha operado la aerolínea comercial United Airlines cuando en ella ha viajado el presidente Nixon y su familia en diciembre de 1977, desde Washington hacia Los Ángeles. Para ese viaje familiar, el DC-10 de la compañía era más económico que movilizar el Boeing 707 de la USAF. El presidente Bill Clinton (1993-2001) utilizó el Gulfstream III marcado con el distintivo de llamada Air Force One para ir a Turquía en noviembre de 1999, para participar en la cumbre de la Organización para Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) donde también incluyó a Grecia, Italia, Bulgaria y Serbia.
En mayo de 2003, Bush (hijo) fue copiloto de un Lockheed S-3 Viking del Escuadrón de Control Marítimo treinta y cinco (VS-35), identificado como Navy One por primera vez, para trasladarse hacia el portaviones USS Abraham Lincoln, donde pronunció un discurso para dar por finalizada la invasión a Irak. Esta aeronave está en exhibición en el Museo Nacional de Aviación Naval en Pensacola, Florida.
A diferencia del Boeing VC-25, el C-32 tiene la posibilidad de operar en pistas de aterrizaje más cortas debido a su pequeño porte, por lo que los algunos presidentes, como J. Biden (2021-actual), D. Trump (2017-2021), B. Obama (2009-2017), J. Bush hijo o B. Clinton han volado en esta aeronave como Air Force One en lugar de hacerlo en el gigantesco VC-25.
Los Air Force One en Argentina
Siete fueron los presidentes norteamericanos en funciones que visitaron la Argentina entre 1936 y 2018. El primero en hacerlo fue Franklin D. Roosevelt en diciembre de 1936, pero el arribo al país en ese entonces fue en barco. Así que, el primero en llegar en un Air Force One fue Dwight Eisenhower en febrero de 1960, durante el gobierno de Arturo Frondizi (1958-1962).
“Una anécdota en esta visita es que el primer mandatario argentino elogió tanto el avión en el que vino Eisenhower que el presidente norteamericano pensó –de acuerdo con lo que le habían dicho era una antigua costumbre latinoamericana– que quería que se lo regalara. Por eso, en una acción completamente fuera de protocolo y quizá preocupado por tener que ofrendarle un avión que no podía regalar (ya que pertenecía a la USAF), invitó a Frondizi al vuelo de tres horas entre Mar del Plata y Bariloche, en donde tuvieron la primera de sus tres conversaciones privadas”. (*)
*Esta historia poco conocida y bastante insólita se narra en el libro Bienvenido Mr. President. De Roosevelt a Trump: las visitas de presidentes estadounidenses a la Argentina de Leandro Morgenfeld, doctor en Historia de la UBA e investigador del Conicet.
Treinta años después, en diciembre de 1990, el entonces presidente George H. W. Bush arribó a la Argentina a bordo del SAM 28000 y trajo consigo otro Boeing 707, el SAM 26000. También lo haría Bill Clinton, quien aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza en octubre de 1997.
En noviembre de 2005, el entonces presidente George W. Bush visitó la Argentina para participar de la IV Cumbre de las Américas, y su Air Force One arribó directamente al Aeropuerto de Camet en la ciudad de Mar del Plata, sede del encuentro.
Luego de once años, el presidente Barack Obama arribó a Ezeiza, en marzo de 2016, a bordo del VC-25A, matrícula 82-8000, como parte de su gira por América Latina.
En noviembre de 2018, el séptimo y último presidente en visitar el país fue Donald Trump, quien llegó para participar del G20 a bordo del Air Force One y una comitiva de otras 45 aeronaves (entre ellas el Boeing C-17A Globemaster III, el helicóptero oficial VH-60 Marine One y los Sikorsky UH-60 Black Hawk, entre otros), además de traer consigo el opulento y renovado Cadillac, la limusina blindada presidencial, apodada “la bestia”.
Esperando el reemplazo
El Mando de Movilidad Aérea de la USAF fue el encargado de investigar los posibles reemplazos de los actuales B747-200B. Entre los candidatos se encontraban los Boeing 747-8 y el Airbus A380. En 2015, la Fuerza Aérea estadounidense anunció que Boeing será quien proveerá los próximos aviones presidenciales. Desde entonces, la compañía norteamericana está produciendo dos nuevas versiones del VC-25, llamadas VC-25B, las cuales están siendo fabricadas a partir de un Boeing 747-8, y serían entregadas a la USAF en 2024.
