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Redes 5G y aviación: bajo la lupa de los académicos

Por Verónica Seeber

En el mes de diciembre y con la presencia de medios de comunicación del sector, un equipo de investigación conformado por oficiales de las Fuerzas Armadas de la Facultad de la Defensa presentó, en el auditorio de la Universidad de la Defensa, un trabajo de investigación acerca de la incidencia de la tecnología 5G sobre la aeronavegabilidad.

El proyecto comenzó en abril de 2022 y tuvo una duración de 8 meses. Se basó en el relevamiento de las experiencias adquiridas por Estados Unidos y la Unión Europea en relación al despliegue de las redes 5G, y cerró con el análisis del contexto argentino.

Como objetivo principal, el grupo se propuso generar un documento sobre la posible incidencia de las redes 5G sobre los sistemas de navegación aérea y terrestre de las Fuerzas Armadas, a los efectos de anticipar y prevenir las potenciales situaciones de riesgo. El proyecto se realizó para ser presentado ante las autoridades de la aeronavegabilidad y otros organismos nacionales y privados del sector.

A modo de introducción, el capitán de Fragata Ing. Luis Gareca, jefe del trabajo y orador principal, hizo un repaso de lo ocurrido en Estados Unidos al momento de la puesta en servicio de las redes 5G por parte de las operadoras de telecomunicaciones en enero de este año, que generó una polémica en la cual múltiples compañías aéreas alertaron acerca de los posibles riesgos que podría representar para la seguridad aérea. 

El cuestionamiento principal se centró en la banda de frecuencia de 3,7 a 3,98 GHz, cuyas antenas están ubicadas en las cercanías de los aeropuertos y podrían llegar a interferir en los radares altimétricos de las aeronaves creando situaciones de peligro, particularmente durante las maniobras de aterrizaje.

Debido a este contexto desfavorable, la Administración Federal de Aviación (FAA) del país norteamericano, en coordinación con los organismos técnicos de competencia, implementó en ese momento una serie de medidas tendientes a minimizar el impacto hasta encontrar una solución definitiva.

Al poner el foco en Argentina, si bien ya se han implementado algunas redes de prueba en varios sitios, como las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y Rosario, y teniendo en cuenta lo sucedido en Estados Unidos y en el resto del mundo, los investigadores concluyeron que resulta “imprescindible” efectuar un análisis del impacto que podrían tener este tipo de redes sobre los sistemas de navegación aérea de las Fuerzas Armadas. El fin sería “anticipar y prevenir las potenciales situaciones de riesgo que pudieran surgir”, con el agravante de una posible injerencia sobre la aviación civil.

Según expuso Gareca, en Norteamérica estos inconvenientes generaron una serie de restricciones sobre las operaciones de las aeronaves, lo que retrasó la puesta en servicio de las antenas 5G instaladas en proximidades de los aeropuertos. La solución que encontraron fue implementar zonas de amortiguamiento para evitar interferencias en algunas terminales aéreas, mientras se continúan los estudios pertinentes. En ese mismo sentido, impulsaron la aprobación de determinados radioaltímetros para que ciertas aeronaves pudieran realizar aterrizajes con baja visibilidad.  

Por su parte, la Unión Europea decidió postergar para 2023 el permiso de uso de celulares con 5G a bordo de los aviones, además de implementar medidas de seguridad a fin de prevenir accidentes.

En cuanto a la Argentina, el trabajo de investigación hace hincapié en el problema que representa la antigüedad de la mayoría de las aeronaves de las Fuerzas Armadas y estima que “determinar el grado de incidencia de las redes 5G sobre los radioaltímetros u otros sistemas de navegación aérea o terrestre resulta imperioso a los fines de adoptar las medidas correspondientes, tendientes a evitar retrasos en la implementación de dichas redes”.  Por otro lado, remarca la importancia de continuar con el “normal desarrollo de las actividades de las aeronaves militares, resguardar el material asignado por el Estado y mantener la seguridad e integridad del personal”.

Al ser más alejada de los aeropuertos que la empleada en Estados Unidos, con la banda de frecuencia usada en Argentina existe una menor probabilidad de interferencia sobre los equipos radioaltímetro. Un punto importante es el seguimiento del proceso a fin de evitar un impacto negativo.

A diferencia del resto de los países que ya fueron implementando este tipo de tecnología, Argentina cuenta con una gran existencia de aeronaves más antiguas, tanto militares como de uso civil y personal, aunque la aviación comercial sí se mantiene actualizada. “Tanto los radioaltímetros como los sistemas de navegación generalmente son encarados en el momento de la fabricación de las aeronaves, con lo cual casi nunca son reemplazados, a menos que tengan una falla. No fueron diseñados para filtrar las redes 5G”, explicó Gareca. Además, resaltó la importancia de considerar la potencia de las antenas que se van a instalar para adoptar mitigaciones similares a las ya implementadas en la Unión Europea, sumado a la realización de pruebas y mediciones de campo que permitan determinar con mayor certeza el grado de incidencia que tendrá su instalación.

Al cierre de la presentación, el Brigadier (R) Gerardo Bidegain, coordinador del proyecto, indicó que la utilidad de esta investigación radica en que, llegado el momento, se haga algún tipo de mediciones con mayor intensidad. “No estamos en contra ni buscamos impedir la instalación ni tampoco somos el organismo que va a regular o generar algún tipo de limitación. Simplemente es para advertir al ENACOM, responsable de las frecuencias y a la ANAC, que maneja el tránsito aéreo”, aclaró. También manifestó que la intención de este trabajo de investigación es “ayudar a anticipar y dejar nuestra cuota de cooperación ante este potencial problema” y que el ámbito más complicado es el de la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, donde existe la mayor concentración de aeropuertos —en especial el Aeroparque Jorge Newbery, situado en medio de una urbe—. “Las potenciales soluciones están: habrá que cambiar frecuencias. Y está el tema de los intereses económicos; para una empresa aérea tener una aeronave parada en tierra significa mucho dinero”, reflexionó.

El trabajo se hizo en conjunto con personal militar de distintas Fuerzas y especialidades, y, según Bidegain, “demuestra que podemos estar a la altura de una investigación de este tipo y aportar nuestros conocimientos a otros ámbitos”.

 

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