Durante los días 18 y 19 de diciembre, la Fuerza Aérea Argentina (FAA) abrió las puertas del Área de Material Río IV para que la comunidad conozca de cerca los F-16 recientemente adquiridos.
En este evento pensado para toda la familia, los visitantes pudieron no solo tener una foto junto a las tres imponentes aeronaves exhibidas en la muestra estática, sino también acceder a información técnica y operativa de los cazas multimisión que marcan un antes y un después en la defensa aérea nacional.
No importaron los más de 30° ni el sol abrasador sobre la plataforma. En las dos jornadas, los vecinos de Las Higueras y de otras localidades cercanas circularon, de manera ininterrumpida, desde las 10 de la mañana hasta las 17, y pudieron disfrutar, también, a la Banda Militar de Música “Brigadier Juan San Martín”, que ejecutó un repertorio de marchas militares para acompañar la experiencia.
La muestra, además de representar una oportunidad única para conocer de cerca a los F-16, uno de los sistemas de armas más emblemáticos de la aviación militar moderna, buscó fortalecer el vínculo entre la FAA y la comunidad. Y lo logró: la postal dominante fue la de familias enteras con chicos entusiasmados por ver aviones y agitar banderas argentinas repartidas por el personal del Área.
“Vinimos porque ellos —señalando a sus hijos— querían verlos; ya están preguntando cuántos años tienen que estudiar para poder pilotear uno”, expresó una vecina de Las Higueras que asistió con su marido y sus dos pequeños. Julián, de 9 años, contó que había llegado desde Arroyito porque le gustan los aviones. Con el mismo entusiasmo, Alberto, de Río Cuarto, hermano de un suboficial mayor de la Fuerza Aérea y tío de un aspirante a piloto, describió su fascinación por las aeronaves.
Gente de todas las edades se acercó a ser parte de esta jornada de puertas abiertas. Varios estudiantes del Instituto Provincial de Educación Técnica N.° 258 “Mayor Ingeniero Francisco de Arteaga”, ubicado dentro del Área de Material Río IV, recorrieron la muestra. Entre ellos, Joaquín, alumno de sexto año, que ya proyecta su carrera militar, expresó: “Vine porque desde chiquito me encantan los aviones y con esta adquisición aún más, siento una inmensa felicidad”. Es que, seguramente, la llegada de los aviones F-16 represente también un “revivir” para la formación técnica aeronáutica y aviónica.
La voz desde el escuadrón F-16
En el marco del evento, aeroespacio tuvo la oportunidad de dialogar con el mayor Roberto Leytes García, que se desempeña como jefe de Escuadrón del sistema de armas F-16. “Para la Fuerza Aérea es un cambio de era en lo que es la aviación de combate. El F-16 trae muchísimas capacidades para todo el instrumento militar”, señaló destacando la magnitud que representa la incorporación de esta aeronave para la defensa nacional. Según explicó, la llegada de este sistema de armas implica un salto tecnológico significativo: “Incorpora nuevas tecnologías y la capacidad de integrarse con otros sistemas, lo cual va a generar un efecto multiplicador”, subrayó.
En relación con el proceso de capacitación que implica el Programa F-16, el mayor detalló que el año estuvo marcado por tres objetivos centrales. “El primero es alcanzar ciertos niveles requeridos de idioma inglés. El segundo, el adiestramiento físico, con profesores de la Fuerza Aérea, para estar en condiciones de superar los exámenes médicos, como la cámara hipobárica y la centrífuga. Y el tercero es tener continuidad en la actividad de vuelo”, manifestó. En ese sentido, remarcó la importancia de haber volado durante el año en la IV Brigada Aérea, en Mendoza, como preparación para la transición al F-16, “un sistema de armas que va a exigir mucho”.
Leytes García fue uno de los pilotos que participó en el vuelo ferry hacia la Argentina. “Fue inolvidable. Fue muy emocionante que la Fuerza Aérea de Brasil nos haya escoltado durante el trayecto con sus aviones F-39E Gripen; hacer reabastecimiento en vuelo, por primera vez, con el sistema de armas KC-135 de la USAF y, luego, cruzar con las seis aeronaves, viendo los límites de nuestro país, y entrar en suelo y en espacio aéreo argentino”, evocó.
La experiencia para él tuvo un fuerte componente personal. “Hace diez años tuve la suerte de despedir al sistema de armas Mirage en vuelo. Que hoy la Fuerza me vuelva a poner en este lugar, siendo parte del equipo que recibe al F-16 —el sistema que reemplaza a aquel que se desprogramó en 2015— es una especie de revancha de la vida. Fue una emoción muy grande y un enorme orgullo, no solo como militar, sino como ciudadano argentino”, expresó.
Finalmente, el piloto destacó el trabajo de todos los integrantes de la Fuerza Aérea para hacer posible la adquisición de este sistema de armas y el impacto que generó su arribo tanto a nivel nacional como internacional. “Las repercusiones fueron enormes, no solo en nuestro país, sino también en el exterior. En Dinamarca la gente quedó muy sorprendida por cómo fuimos recibidos”, afirmó. Y concluyó: “El objetivo de este evento es que la ciudadanía pueda ver y, de alguna forma, sentirse parte del equipo y orgullosa de lo que tenemos en la Fuerza Aérea”.
Fotos: aeroespacio / Ministerio de Defensa