ESCAPADE, primera misión científica de naves múltiples a Marte

Luego de su lanzamiento el pasado 13 de noviembre, desde Cabo Cañaveral, en Florida, a bordo del cohete New Glenn de la compañía Blue Origin, la misión de la NASA “Exploradores de la Aceleración y Dinámica del Escape y el Plasma” (ESCAPADE, por sus siglas en inglés), se dirige a una órbita de espera cerca del punto de Lagrange L2 (a un millón de millas de la Tierra), donde aguardará alrededor de un año hasta que la alineación orbital sea favorable para continuar su viaje a Marte.

Compuesta por dos sondas gemelas, esta misión fue diseñada para orbitar Marte y estudiar cómo el viento solar interacciona con su atmósfera y su campo magnético, con la idea de explicar cómo el planeta rojo perdió su atmósfera densa.  Las naves tomarán imágenes simultáneas desde diferentes lugares, a fin de observar la respuesta del planeta a la actividad solar en tiempo real y conocer cómo cambia la magnetosfera marciana a lo largo del tiempo.

Si todo avanza según lo previsto, ESCAPADE llegará a Marte en septiembre de 2027, y se convertirá en la primera misión de dos sondas que entren conjuntamente en órbita alrededor de otro mundo. La primera fase científica comenzará en 2028, cuando ambas naves vuelen en formación para captar variaciones rápidas en el clima espacial. Meses después, cada una adoptará una órbita distinta para obtener una visión más completa de la interacción entre el viento solar y la atmósfera superior de Marte. En paralelo, la misión permitirá estudiar la ionosfera marciana, clave para el desarrollo de futuros sistemas de comunicación y navegación en la superficie del planeta.

Las sondas Blue y Gold, bautizadas así en honor a los colores de la Universidad de California en Berkeley, institución que lidera el proyecto, tienen el tamaño aproximado de una heladera pequeña y llevan instrumentos idénticos: un magnetómetro para medir los campos magnéticos; un dispositivo, llamado analizador electrostático, que produce imágenes que muestran la distribución de electrones, con carga negativa, y los protones e iones con carga positiva, y otro que mide la temperatura, la densidad y el voltaje de las partículas cargadas. Cada una lleva, además, una cámara construida por estudiantes de la Universidad del Norte de Arizona.

La agencia espacial estadounidense destacó que los datos obtenidos serán esenciales para comprender la evolución de la atmósfera de Marte y anticipar los riesgos que podría enfrentar una tripulación humana. La investigación se centrará en el efecto del viento solar, un flujo constante de partículas que, según los científicos, contribuyó a que Marte perdiera gran parte de su atmósfera hace millones de años. Esta información será clave para diseñar tecnologías capaces de proteger astronautas y equipos en futuros viajes al planeta rojo.

Del proyecto participan diversos organismos y empresas: el Laboratorio de Ciencias Espaciales de la Universidad de Berkeley, el Rocket Lab, la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle, Advanced Space LLC y Blue Origin, y el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.

Fuente: NASA / The New York Times

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