
Aeronautical Engineers Inc. (AEI) acaba de lanzar un nuevo programa que promete darle una segunda vida al Boeing 737-900ER: convertirlo en un carguero moderno, capaz y competitivo. La noticia fue dada a conocer el 24 de octubre y ya despertó interés en todo el sector, en especial entre las compañías que buscan ampliar su capacidad de transporte sin invertir en aeronaves nuevas.
El proyecto se llama 737-900ERSF y propone transformar el avión de pasajeros en un modelo dedicado al transporte de carga. AEI planea obtener la certificación de la Federal Aviation Administration (FAA) en 2029, y, luego, presentarlo ante las autoridades europeas. Si todo avanza como está previsto, será el carguero de fuselaje estrecho con mayor volumen de su categoría.
La reconversión implica un trabajo técnico de precisión: reforzar el piso para soportar más peso, instalar una barrera de seguridad en la cabina y abrir una gran puerta lateral, de casi dos metros y medio de alto, que permitirá el ingreso de pallets estándar. El resultado será un avión capaz de transportar hasta 26 000 kilos de mercancía en 12 posiciones de carga, con el espacio suficiente para operaciones de logística rápida.
Detrás del lanzamiento hay una lectura clara del mercado. La demanda de transporte aéreo de paquetes crece de la mano del comercio electrónico, y las flotas dedicadas a ese segmento necesitan aeronaves versátiles, eficientes y con costos bajos. En lugar de fabricar nuevos equipos, AEI apuesta por aprovechar los 737-900ER que están quedando fuera del servicio de pasajeros: un reciclaje inteligente que combina economía y sustentabilidad.
Este tipo de programas ya se volvió una tendencia en los últimos años, sobre todo después de la pandemia, cuando muchas aerolíneas descubrieron que la carga podía sostener ingresos mientras el tráfico de personas caía. La conversión a freighter permite extender la vida útil de modelos todavía sólidos, pero que ya no resultan competitivos para vuelos regulares. En palabras simples: lo que antes llevaba turistas, ahora transporta comercio global.
El camino no está exento de desafíos. Obtener la aprobación regulatoria lleva años, y cada modificación —desde la estructura hasta los sistemas eléctricos— debe pasar por rigurosas pruebas de seguridad. AEI todavía no informó qué operador será el primero en incorporar el 737-900ERSF ni cuántas unidades se convertirán, pero se espera que los contratos iniciales se cierren durante 2026.
Más allá de los plazos, la propuesta refleja un cambio de época en la aviación comercial: en lugar de apostar todo a lo nuevo, la industria empieza a mirar hacia lo que ya tiene, con la idea de adaptarlo a nuevas necesidades. En ese sentido, el 737-900ERSF no es solo un avión reciclado, sino un símbolo de cómo la aviación se reinventa sin perder de vista la eficiencia.
Fuentes: FlightGlobal, Aeronautical Engineers, Aviation Week
Foto: Aeronautical Engineers