La contaminación del aire es una de las mayores amenazas para la salud humana, ya que profundiza los efectos del cambio climático, además de provocar importantes pérdidas económicas y reducir la productividad agrícola. A fin de concientizar a la población mundial sobre la urgencia de redoblar los esfuerzos para mejorar la calidad del aire, la Asamblea General de la ONU declaró, en 2020, el 7 de septiembre como el Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul.

Desde la página oficial de Naciones Unidas, se hace un llamamiento a cada persona, desde gobiernos y empresas hasta la sociedad civil, a “sumarse a la carrera por un aire limpio e impulsar un cambio transformador, garantizando aire saludable para todas las personas”. El compromiso asumido por los Estados Miembro apunta a “reducir considerablemente el número de muertes y enfermedades causadas por productos químicos peligrosos; por la contaminación del aire, el agua y el suelo, de aquí a 2030”. Las investigaciones más recientes en la materia señalan que esta contaminación afecta, en mayor medida, a las mujeres, los niños y a las personas de edad avanzada, con efectos devastadores en los ecosistemas.
En sintonía con esta preocupación global, Luis Mongini, director general de Thales Group para el Cono Sur (*), se pregunta de qué manera puede cada uno colaborar, desde su lugar, para alcanzar las metas ambientales globales. En sus propias palabras, “el aire limpio y el cielo azul nos exige acción, de cara a una lucha cada vez más necesaria contra el calentamiento global. Si el cielo es el límite, el esfuerzo debe ser infinito”. El ejecutivo rescata el rol de la aviación que, a pesar de ser, en su opinión, una de las “villanas” en lo que concierne al deterioro del aire, también puede “ser parte de la solución, con las tecnologías cada vez más innovadoras que nos presenta el siglo XXI”.

“Sin dudas, la sostenibilidad en la aviación es uno de los puntos clave y, para nosotros, no es una promesa aislada”, enfatiza Mongini, a la vez que enumera una serie de acciones concretas que están llevando a cabo en la actualidad, como FlytOptim, una herramienta de inteligencia artificial para la optimización de vuelos, que permite a aerolíneas reducir hasta un 2 % el consumo de combustible por tramo, lo que se traduce en más de 300 toneladas de CO₂ evitadas anualmente. Por otro lado, la multinacional de origen francés instaló el primer radar de control de tráfico aéreo del mundo alimentado 100 % con energía solar, en el desierto de Atacama, al norte de Chile, y trabaja en el desarrollo de los sistemas de los aviones eléctricos de despegue y aterrizaje vertical, conocidos por la sigla eVTOL

A modo de conclusión, Mongini reflexiona: “En este día internacional, vale la pena trabajar para que cada vuelo sea más limpio; cada ruta aérea más eficiente, y que el avance tecnológico nos permita colaborar para que el planeta y los que vivimos en él podamos mirar hacia el cielo y respirar un aire cada vez más limpio”.
(*) El Grupo Thales es una compañía francesa de electrónica dedicada al desarrollo de sistemas de información y servicios para los mercados aeroespacial, de defensa y seguridad, con oficinas en más de 50 países y cerca de 83 000 empleados. Thales es la 16. ª contratista de defensa más grande del mundo, y el 63 % de sus ventas totales son destinadas al ámbito militar.
Fuente: Thales Group/ONU