Cambios en las luces de pistas

La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) abrió la puerta a un cambio importante en la seguridad de las operaciones en tierra. El organismo lanzó un Request for Information (RFI) para desarrollar un nuevo sistema de iluminación de seguridad en pista para reducir al mínimo las incursiones y los llamados close calls que todavía se registran en aeropuertos de alta densidad.

La iniciativa se anunció en un contexto donde la seguridad volvió a estar en el centro de la agenda regulatoria. En los últimos dos años, la FAA reportó varios incidentes en los que aviones o vehículos ingresaron por error a pistas activas, con despegues frustrados y con la utilización de maniobras de emergencia. 

En la actualidad, la FAA cuenta con un sistema probado: los Runway Status Lights (RWSL), que combinan datos de radar y vigilancia de superficie con luces incrustadas en el pavimento que se encienden para advertir a los pilotos si es inseguro cruzar o despegar. Funcionan en unos 20 aeropuertos estadounidenses y han demostrado eficacia para evitar errores humanos. 

Debido a que su instalación es costosa, lenta y disruptiva –requiere abrir el pavimento, tender conductos y cerrar pistas durante semanas, lo que hace inviable replicarlo masivamente en todos los aeropuertos–, la FAA apunta al desarrollo de nuevas tecnologías emergentes que ofrezcan el mismo nivel de seguridad pero con menor impacto en las operaciones y costos más bajos. 

El organismo plantea que estas soluciones deberían estar listas para empezar a desplegarse en un plazo de dos a tres años, con especial foco en aeropuertos medianos y pequeños que hoy no cuentan con sistemas avanzados de advertencia visual. Se busca, por ejemplo, iluminación que pueda instalarse sin romper pistas, sistemas modulares que reduzcan tiempos de obra, o tecnologías que integren sensores y alertas visuales sin necesidad de grandes obras civiles.

Los objetivos de la FAA son claros: reforzar la conciencia situacional de pilotos y controladores, minimizar las incursiones de pista y fortalecer la seguridad en un entorno donde la demanda aérea no deja de crecer. En 2024, el tráfico de pasajeros en Estados Unidos superó los niveles prepandemia, y la proyección para 2025 mantiene la curva ascendente. Más vuelos significan más operaciones en superficie y mayor presión sobre los sistemas de control.

Aunque aún no hay un diseño elegido, la apertura del RFI deja ver la dirección que quiere seguir la autoridad aeronáutica: apostar a tecnología más accesible, menos burocracia de instalación y mayor cobertura. Además, proteger vidas en uno de los espacios más críticos de la operación aérea —la pista— no puede depender solo de soluciones de alto costo disponibles en unos pocos aeropuertos, sino de herramientas escalables que alcancen a todo el sistema.

Si las respuestas de la industria son positivas y los prototipos cumplen con los estándares técnicos, los primeros despliegues podrían comenzar en la segunda mitad de la década actual. Este es un cambio que, de concretarse, no solo reforzaría la seguridad en aeropuertos de Estados Unidos, sino que también podría servir de modelo para otros países que enfrentan desafíos similares. 

Fuente y foto: FAA

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