BIOMASS, la nueva misión de la ESA

Luego del reciente y exitoso lanzamiento del satélite y su instrumento principal desde el Puerto Espacial Europeo de Kourou, en la Guayana Francesa, la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) se encuentra en pleno seguimiento de esta misión, que se ha unido oficialmente a los Earth Explorers de la misma institución, con el objetivo de brindar información sobre el estado global de los bosques.

Los “pulmones verdes del planeta” cubren casi un tercio de la superficie terrestre y juegan un papel vital al absorber y almacenar gigantescas cantidades de dióxido de carbono: unos 8000 millones de toneladas al año, que ayudan a regular la temperatura global. La mayor parte del carbono —se estima que un 50% del peso de un árbol— se almacena en la madera: tronco, ramas y tallos. La deforestación y la degradación del suelo, especialmente en zonas tropicales, devuelven el carbono almacenado a la atmósfera, lo que agrava el calentamiento global.

La gran innovación de BIOMASS es su instrumento principal, construido por Airbus: el primer radar de apertura sintética en banda “P” en viajar al espacio. Los radares funcionan enviando microondas y analizando el eco que rebota en la superficie. La clave está en la longitud de onda y, en este caso, son mucho más largas que las usadas por otros satélites. La capacidad única del radar en banda “P” le permite medir directamente la cantidad de biomasa leñosa —la madera bajo el follaje de los bosques, el principal almacén de carbono forestal— a escala global y con una precisión insólita desde el espacio. Los científicos podrán obtener información detallada sobre la estructura del bosque, estimar su altura y calcular la cantidad de materia orgánica leñosa.

BIOMASS operará en dos fases principales durante sus cinco años y medio de vida útil: una fase tomográfica, de 18 meses, en la que realizarán múltiples pasadas sobre las mismas zonas, desde ángulos ligeramente diferentes, para crear un mapa 3D de la estructura forestal. A continuación, vendrá la fase interferométrica, de cuatro años, en la que utilizará la diferencia entre señales para medir cambios en la altura y densidad del bosque. En los próximos seis meses, el equipo de BIOMASS comenzará a generar los primeros mapas globales de biomasa forestal, con actualizaciones anuales. Estos datos permitirán no solo conocer cuánto carbono permanece almacenado, sino también cuánto se pierde a causa de la deforestación.

En el desarrollo del satélite participaron más de 50 empresas lideradas por Airbus en el Reino Unido, en colaboración de la compañía estadounidense L3Harris Technologies, especializada en antenas espaciales desplegables de gran tamaño.

Fuente: Agencia Espacial Europea (ESA)

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