![](https://aeroespacio.com.ar/wp-content/uploads/2024/12/Captura-de-pantalla-2024-07-05-a-las-8.45.18.jpg-1024x577.webp)
Durante la Semana Europea de la Movilidad Sostenible 2024 (SEM), en la que se realizaron jornadas de concientización coordinadas por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España, se presentó un informe titulado “¿Cómo hacer de España el líder europeo de SAF?”, en el que se destaca el potencial del combustible sostenible de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) como la clave para descarbonizar el transporte aéreo y posicionar al país en la sostenibilidad y en la transición energética. Esto pone de manifiesto la creciente necesidad de apostar por nuevas tecnologías que permitan reducir la huella de carbono del sector aéreo, que históricamente ha sido uno de los mayores emisores de CO2 a nivel global.
El SAF es la transición hacia el combustible sustentable en el transporte aéreo, responsable del 2.5 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Se estima que, con la utilización de este biocombustible, se podrían reducir las emisiones de CO2 en más del 80 % en comparación con el queroseno convencional a lo largo de todo su ciclo de vida. Según el informe presentado por Cepsa, Iberia, Iberia Express, Vueling y BIOCIRC, este combustible es de gran importancia para lograr los objetivos climáticos establecidos en el marco del paquete europeo Fit for 55, que busca reducir las emisiones en un 55 % para el 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2050.
La incorporación progresiva de SAF en los vuelos, que será obligatoria en la Unión Europea a partir del 2025, marca el comienzo de una revolución en el sector aeronáutico.
España, con sus recursos de biomasa y energías renovables, cuenta con las condiciones para liderar la producción de SAF. El informe propone una ambiciosa hoja de ruta para convertir al país en un hub europeo de producción y consumo de este tipo de combustible que ayudaría a la descarbonización del transporte aéreo e impulsaría, además, el crecimiento económico y la creación de empleo. Según las estimaciones, la construcción de plantas para la fabricación de SAF requeriría una inversión de 22 000 millones de euros hasta 2050, con la creación de 270 000 empleos directos e indirectos.
Sin embargo, su producción enfrenta desafíos importantes. Uno de los más destacados es el elevado costo de obtención, que es entre tres y cinco veces mayor que el del queroseno de origen fósil. Para superar esta barrera, el informe propone la creación de un marco regulatorio que proporcione seguridad a los inversores y facilite la financiación de nuevas plantas para su obtención. Entre las propuestas más relevantes, se encuentra la creación de un fondo de 300 millones de euros anuales para financiar el desarrollo de infraestructuras, con la utilización de los ingresos generados por las subastas de derechos de emisión de CO2.
A nivel global, países como Alemania, Reino Unido y Estados Unidos implementaron políticas para acelerar el desarrollo del biocombustible al introducir incentivos económicos y regulatorios para mejorar el posicionamiento del sector aéreo con los objetivos de sostenibilidad. El SAF no solo tiene el potencial de reducir las emisiones de CO2 del sector aéreo, sino que también contribuye a la economía circular al aprovechar residuos orgánicos y energías renovables.
Fuente: Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, España/ La Razón EspañaFoto: Forbes España