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La Misión Artemis I a la Luna culminó con éxito

Después de 25 días de recorrido y tras orbitar la Luna, la cápsula Orion de la NASA amerizó el domingo 11 de diciembre en el Océano Pacífico, llegando a 430 000 km de la Tierra, más lejos en el espacio que cualquier otra nave espacial anterior.

Amerizaje de la nave Orión en el Océano Pacífico

Un buque de la Armada estadounidense, el USS Portland, la esperaba frente a la isla mexicana de Guadalupe, a las 17H39 GMT (09H39 hora local), en una maniobra que la NASA había ensayado por años. Destinaron para esta tarea helicópteros y botes inflables.

En su ingreso, a una velocidad de 40.000 km/h y soportando un calor de 2.800°C –la mitad de la temperatura de la superficie del Sol–, la nave espacial fue frenada primero por la atmósfera terrestre y luego por 11 paracaídas, hasta alcanzar una velocidad de unos 30 km/h, cuando finalmente chocó con las aguas azules del Pacífico. Posteriormente, la NASA dejó a Orion flotar durante dos horas –algo que fue posible gracias a no llevar tripulación a bordo-, con el fin de recopilar información.

A continuación, un equipo de buzos le conectó cables para subirla al USS Portland, un buque de transporte anfibio cuya parte trasera permaneció parcialmente sumergida durante las aproximadamente seis horas que duró la operación. Para poder depositar lentamente la cápsula sobre una plataforma especialmente diseñada, bombearon agua. Finalmente, el buque norteamericano se dirigió a San Diego, California, para descargar allí la cápsula.

Escuco térmico inflable

El mayor desafío de la misión fue probar el escudo térmico, el más grande jamás construido (5 metros de diámetro). “Es una pieza fundamental de seguridad, diseñada para proteger la nave espacial y sus pasajeros”, explicó Mike Sarafin, responsable de la misión Artemis 1. Por su parte, Jim Geffre, responsable de Orion en la NASA, detalló: “Veremos cómo el calor es absorbido por la cápsula y cómo afecta esto a la temperatura interior”.

La nave recorrió más de 2,2 millones de kilómetros en el espacio desde su despegue el pasado 16 de noviembre, durante el primer vuelo del nuevo megacohete de la NASA, el SLS (Space Launch System, por sus siglas en inglés), que la propulsó.

Recuperar la cápsula le permitirá a NASA reunir datos cruciales para futuras misiones. Le proporcionará información sobre el estado de la nave espacial luego del vuelo, pero también sobre las aceleraciones y vibraciones sufridas a bordo, y sobre el desempeño de un chaleco que llevó un maniquí dentro de la cápsula para probar la protección que tendría un humano frente a la radiación durante un viaje espacial.

Se prevé que algunos componentes de la cápsula se reutilicen en la misión Artemis 2, que ya está en etapas avanzadas de planeación. Esta segunda misión, prevista para 2024, llevará una tripulación a la Luna, aunque sin alunizar. Se espera que la NASA anuncie los nombres de los astronautas elegidos muy pronto.

Artemis 3, prevista oficialmente para 2025, alunizará por primera vez una nave espacial en el polo sur de la Luna, donde hay agua en forma de hielo.

El programa Artemis proyecta enviar una mujer y una persona no blanca por primera vez a la Luna. El objetivo de la NASA es establecer una presencia permanente, con una base en su superficie y una estación espacial en su órbita. Aprender a vivir en la Luna permitiría probar todas las tecnologías necesarias para un viaje de varios años a Marte, posiblemente a finales de la década de 2030.

Fuente y fotos: NASA

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